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LA BIBLIA FUE ESCRITA POR MAS DE 40 AUTORES A LO LARGO DE MAS DE 1500 AÑOS MANTENIENDO UNA PERFECTA UNIDAD

Imagina un proyecto de construcción en el que diferentes trabajadores, cada uno en una época distinta y sin conocerse entre sí, aportan una pequeña parte a un edificio. Con cada piedra, columna, ventana y puerta, parece que las partes no encajan al principio. Sin embargo, al final, el resultado es un edificio asombrosamente perfecto y armonioso. Así es la Biblia: 40 autores distintos, en épocas y contextos diferentes, escribieron bajo la inspiración de Dios un mensaje coherente que ha impactado al mundo de generación en generación. Cada uno de estos autores es una pieza en el gran plan de Dios, un plan que sigue desarrollándose hoy.

La historia de la Biblia es asombrosa. Cada autor contribuyó desde su contexto propio, desde Moisés en el desierto hasta el apóstol Juan en la isla de Patmos. Ninguno de ellos conoció a todos los demás, y muchos no entendieron plenamente el impacto de lo que estaban escribiendo. Sin embargo, el mensaje final es una obra de unidad y propósito, que revela la fidelidad de Dios y Su deseo de redimir a la humanidad. Este proceso de escritura y recopilación refleja cómo Dios ha trabajado en la historia para comunicar Su amor y verdad a la humanidad por medio de personas comunes.

Uno de los grandes ejemplos de cómo Dios puede usar a personas comunes se encuentra en la historia de D.L. Moody, un humilde vendedor de zapatos sin educación formal ni formación teológica. Moody, que vivía en Estados Unidos en el siglo XIX, comenzó a asistir a una pequeña iglesia donde su maestro de escuela dominical lo animó a aceptar a Cristo. Su vida cambió, y pronto, Dios usó a este hombre sencillo para llevar Su mensaje a millones en América y en el extranjero. Al igual que los autores de la Biblia, personas con trasfondos tan diversos, Moody fue parte de un plan más grande: el de llevar la esperanza y la redención de Dios al mundo. Cada uno de nosotros es una pieza en el gran plan de Dios, un plan que sigue desarrollándose hoy.

Efesios 2:10 nos revela que somos obra de Dios, creados en Cristo Jesús para cumplir buenas obras que Él preparó de antemano. Esto significa que cada uno de nosotros tiene un propósito en Su plan. A veces sentimos que no tenemos lo necesario o que nuestros dones no son suficientes, pero Dios puede tomar nuestras limitaciones y convertirlas en una gran obra si nos rendimos a Su voluntad. Cuando entregamos a Dios lo que somos y lo que tenemos, Él nos guía para cumplir las buenas obras que ya ha planeado para nosotros. Al igual que los autores de la Biblia y personas como D.L. Moody, cada uno de nosotros es una pieza en el gran plan de Dios, un plan que sigue desarrollándose hoy.

Oración:

Señor, gracias por hacerme parte de tu plan. Ayúdame a reconocer las buenas obras que has preparado para mí y a caminar en ellas con un corazón dispuesto. Que, como Moody y los autores de la Biblia, mi vida pueda ser un testimonio de Tu amor y propósito. Amén.