La Belleza Del PresenteMuestra

Valoremos el presente

Ayer ya pasó, hoy es hoy, mañana será mañana. Bueno es recordar las cosas buenas que ya pasaron, las lecciones que aprendimos. También es bueno mirar hacia el futuro y soñar y hacer planes. Pero es mucho mejor movernos de lo que fue, salirnos de lo que será y ubicarnos en lo que es. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay sabiduría en las palabras de nuestro Señor Jesucristo cuando nos aconseja que no nos afanemos por el día de mañana.

Los seres humanos somos muy propensos a desmerecer el presente cuando nos alineamos con el pasado y el futuro. Hay quienes viven pensando que todo tiempo pasado fue mejor y también hay otros muchos que están demasiado inmersos en el tiempo que será y que aún no es. En ese camino encontramos culpas, temores, ansiedades, remordimientos, desespero, intranquilidad, por mencionar algunas de esas cosas que se empiezan a enredar en nuestras mentes con el único fin de quitarnos la paz.

Estar conscientes de que lo único que tenemos en nuestras manos es el presente debiera llevarnos a utilizarlo con prudencia y sabiduría. Es nuestro tiempo de producir, de actuar, de gozar, de disfrutar, de fructificar. Es cierto que el presente está condicionado al momento de cada cual y que así como dijo Salomón (el rey de Israel más sabio de todos los tiempos) hay diferentes tiempos presentes en la vida, de todos modos sea en el tiempo de llanto o de risa, de buscar o de perder, etc. el tesoro que tenemos en nuestras manos es el presente.

Vuelvo al punto en que comenzó esta reflexión, podemos recordar y podemos soñar, pero lo que no debemos es poner una casa de campaña en esos dos lugares, uno que ya fue y otro que aún no es, para menospreciar y desaprovechar el que sí está delante de nosotros. Cuando la palabra de Dios dice: “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él” (Sal. 118:24), nos invita a tener en cuenta que nuestro presente es un regalo de Dios.

Es muy cierto que Dios ha estado con nosotros en el pasado, hemos experimentado su bondad, su amor y misericordia. Y no es menos cierto que Dios estará con nosotros en los días que aún no han llegado. Pero la verdad que se alza con gran fuerza y que puede ser declarada con grandes efectos especiales, es que Dios está con nosotros hoy y ahora.

Oigamos las palabras de Dios para su pueblo Israel: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia" (Isaías 41:10). Estas palabras hablan del presente, “Yo estoy”, “Yo soy”, “Siempre”.

No dejemos amados que nuestra vida pendule entre el pasado y el futuro. Démosle valor a nuestro presente, disfrutemos nuestro hoy, vivamos conscientes de las promesas de Dios para nosotros, agradezcamos el tesoro incalculable de nuestro presente en las manos del Señor.

Fuimos bendecidos ayer y lo seremos mañana, totalmente cierto. Pero hoy tenemos la bendición presente, hoy Dios nos llena de favores y de misericordias. Nuestro presente es de incalculable valor, no perdamos de vista esa verdad maravillosa. Agradezcamos el tiempo que el Señor nos regala, valorémoslo y usémoslo sabiamente bajo la guianza del Espíritu Santo.