La Belleza Del PresenteMuestra
La belleza del presente
Los seres humanos tendemos a vivir en tres tiempos. Dos de ellos no son y sólo uno de esos tiempos nos pertenece. El ayer y el mañana tienen espacio en nuestras mentes, el uno para recordar y el otro para planificar, idear o soñar. Sólo el hoy, este que está ante nosotros, es nuestro.
Lamentablemente, hay quienes pasan más tiempo en la casa del ayer que en la que habitan hoy. Son personas que viven añorando lo que tenían, o lo que perdieron, son los que creen que cualquier tiempo pasado fue mejor. Sumidos en sus recuerdos, pierden de vista el valioso tiempo presente que tienen en sus manos, y lo que es peor, miran hacia el futuro (si es que miran) con desesperanza. Son aquellos que no han internalizado la realidad contundente de que el ayer ya pasó.
¿Es malo recordar? La respuesta a esta pregunta está condicionada a qué clase de recuerdo nos referimos. Si hablamos de buenos recuerdos, por supuesto que es bueno recordar. En la Palabra de Dios recibimos el consejo de que recordemos las cosas que el Señor ha hecho en el pasado, nos invita a recordar sus maravillas, incluyendo las bondades que ha tenido para con nosotros. Pero cuando los recuerdos nos agobian, nos hacen sentir insatisfechos o nos llevan a lugares de resentimiento y dolor, entonces no es bueno recordar.
El ayer siempre será una escuela de la que algo habremos aprendido, pero el día nuevo es la oportunidad que nos da Dios de vivir nuevas experiencias, de lidiar con nuestros asuntos, de disfrutar de sus beneficios, de tener nuevas esperanzas. El salmista declara: “Este es el día que hizo Jehová; nos gozaremos y alegraremos en él" (Sal. 118:24).
Cada día se presenta ante nosotros como un lienzo en blanco que llenaremos con diseños y colores, y en lugar de hacerlo con pinceles, lo haremos con nuestros actos. Queda de nuestra parte el hacer mejor uso del tesoro que a diario pone Dios en nuestras manos. Comencemos con gozarnos y alegrarnos en él, pero más que en el nuevo día, gocémonos en nuestro Dios, que es quien nos lo da.
El ayer ya pasó y mañana, aún no ha llegado. Hoy está con nosotros, valorémoslo y usémoslo con sabiduría, sabiendo que ya mañana nuestro hoy será el ayer.
Y no olvidemos que en cada presente nuestro, “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Heb. 13:8).
Confío en que la lectura de este plan haya sido de bendición para tu vida. Para acceder a mis otros planes devocionales en Youversion puedes buscarme bajo el nombre Grettchen Figueroa.
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Agradecimiento especial a Jonathan Riddering por su colaboración en el arte gráfico.
Escrituras
Acerca de este Plan
Somos arropados por el tiempo. Lo que ha sido, lo que es y lo que será está en nuestro presente a través de los recuerdos y de los planes y los sueños. De todos ellos, es el presente lo que poseemos. Dios quiere que su consejo alumbre nuestro camino para que seamos sabios con el tiempo que tenemos en nuestras manos. Dejemos que su Palabra aclare nuestra visión del tiempo.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage