Enciende La Luz: No Cedas a La Conmiseración Muestra

RESTAURACIÓN.

No me puedo detener a detallar motivos por los que podamos vernos como víctimas, podrían ser impensables… Pero con propiedad puedo decir que es una decisión no permitir que cada situación que he vivido sea un motivo que me mantenga prisionera. Jesucristo tomó la decisión de dejar Su lugar en el reino de los cielos para venir a tomar MI LUGAR, y aunque su cuerpo fue molido, aunque sufrió a manos de hombres crueles, no se presentó jamás como una víctima ni ante la humanidad ni ante el Padre Celestial, sino que se presentó como obediente al mandamiento que recibió, como la ofrenda de olor fragante que era necesaria para nuestra redención. Él dijo: “Nadie me la quita (vida), sino que yo de mí mismo la pongo”.

Podremos llorar por el dolor de… (las situaciones duras, el sufrimiento por el que pasamos), pero no es una condición en la que Dios quiere vernos que nos quedemos, porque es un estado destructivo. Necesitamos un tiempo de duelo (que no precisamente será por algún fallecimiento), necesitamos buscar ayuda, pero ante todo necesitamos poner nuestro pensamiento en Dios y hablarle de lo que sentimos. ¡Él siempre está escuchando!

Por eso, el Señor Jesucristo no se quedó en la tumba, resucitó al tercer día, para que ante toda situación dura nosotros tuviésemos esperanza. Él entiende nuestro dolor; mira nuestras piezas rotas… Y es el Único que puede sanarnos, que puede restaurarnos…

Tengo un jarrón de mesa grande que me regalaron. La misma persona lo quebró 2 veces accidentalmente… ¿por qué 2 veces?… Me gustan las artes, sobre todo artesanías que hago con mis manos. La primera vez pensé: “Es mi oportunidad de restaurarlo, darle otros colores y otra apariencia”. Usé varias técnicas para restaurarlo y me encantó como quedó. Habían transcurrido solo unos días cuando lo quebraron por segunda vez. Me dio tristeza porque habían sido varias horas, varios días de esfuerzo. Pero… ¿era hora de desecharlo, de botarlo a la basura? Honestamente no lo pensé. Tomé ánimo y dije: “Lo volveré a construir”... Y no es por nada pero para mí, quedó tan lindo como la primera vez que lo restauré… Han pasado varios meses y el jarrón sigue de pie…

Sé que muchos podrían haberse dado por vencidos a la primera, y ya no se diga a la segunda, y hubieran desechado ese jarrón. Podrían haberse comprado uno nuevo y mejor… Pero me encanta poner manos a la obra… ¡Se necesita tiempo y paciencia!

El Señor nunca se ha dado por vencido con nosotros. No se dará por vencido contigo. No te dejará hasta que complete Su obra contigo.

Arrójate a los brazos del Maestro Artesano, la pericia de Sus manos no tiene comparación. ¡Te hará de nuevo! ¡Ten confianza! ¡Ten esperanza!