Bartimeo: Milagros en El Camino.Muestra

Jesús sí te escucha

¿Alguna vez has pensado que Jesús no te presta atención?

Él no es como nosotros.

Creo que el grito de quienes necesitan ayuda por estar atrapados en alguna situación de la vida siempre ha atraído el corazón de Dios de alguna manera.

Cuando Israel clamaba en la antigüedad, Dios respondía enviando libertadores.

Cuando el mundo clamó, Dios respondió con Jesús.

El Señor escuchó a Bartimeo y sacó provecho de la situación para sacarlo de la cuneta, al lado del camino. Al mismo tiempo, enseñó a la gente que caminaba con él el valor de la misericordia.

El Mesías no le tiene miedo a la impureza; vino a limpiar lo que estaba sucio, es decir, los corazones.

Vino a transformar el rechazo en abrazos y el desamor en atención.

Me tomo la libertad de parafrasear una frase que escuché hace años en una clase de liderazgo: «Cuando tu sueño sea más grande que tú, muchos te dirán que no puedes. Cuando sigas adelante, sin importar nada, querrán aconsejarte. Y cuando finalmente lo consigas, dirán que siempre confiaron en ti».

La actitud de Jesús, al responder al clamor de Bartimeo, hizo que quienes lo frenaban lo llamaran.

Es posible que los que venían con Jesús no tuvieran malas intenciones.

Pero Jesús dejó claro que había algunos puntos que necesitaba aclarar:

1. Las personas son más importantes que las actividades.

2. Las personas son más importantes que las liturgias y las costumbres.

3. Las personas son más importantes que nuestros gustos.

Y la gente que le rodeaba cambió ante la actitud del Maestro.

Cuando contemplamos a Jesús, en vez de nuestras opiniones, somos transformados.