Cuando Dios te cambia los planes.Muestra

A María le cambiaron los planes.

Al terminar cada año, muchas personas pensamos en lo que haremos el próximo, compramos nuevas agendas o usamos las digitales y hacemos listas.

Este año, mis objetivos laborales son estos, mis objetivos académicos son estos, y mis objetivos de pareja o familiares son estos otros; y ministerialmente haremos esto o aquello.

Planificar es maravilloso. Es casi una profecía autocumplida.

La pregunta es: ¿Qué pasa cuando las cosas no se dan como las habíamos planeado?

Tenemos dominio sobre nuestras acciones, es cierto. Pero no tenemos dominio sobre decisiones ajenas. Tampoco sobre acciones que determinan los gobiernos. No controlamos cómo reacciona nuestro cuerpo ante un virus, ni dominamos los mercados internacionales ni tenemos dominio sobre la vida y la muerte.

María tenía un matrimonio planificado, y así lo hizo. Pero no como ella lo había imaginado.

De repente, un ángel entró en escena sin preguntar y le habló como si la conociera de toda la vida.

¿Qué se esperaba de una chica en ese momento? Te aseguro que casarse estando embarazada no era lo ideal.

¿Qué se espera de nosotros hoy en día?

Como seres humanos, tendemos a esperar cosas de los demás y, a menudo, a intentar satisfacer las expectativas que tienen depositadas en nosotros, incluso aunque no queramos.

Tenemos la costumbre de idealizar e incluso de idealizar la voluntad de Dios. Hay una tendencia a creer que la voluntad de Dios tiene que ver con nuestra comodidad. Y no siempre es así.

De hecho, la mujer que llevó en su vientre al Mesías tuvo que dejar de lado su reputación.

María podría haberse enfadado con el ángel por entrar sin avisar e, incluso, por venir a cambiar sus planes. Pero no lo hizo. Entendió que Dios estaba cambiando momentos por algo eterno y mucho mayor.