Cuando Dios te cambia los planes.Muestra

A José, le cambiaron los planes.

José era un hombre de buena familia, linaje directo del rey David.

Se iba a casar con una muchacha más joven, todo estaba planificado, pero de repente se entera de que su novia está embarazada. Si el hijo hubiese sido suyo, habría sido una vergüenza socialmente por haber concebido antes del matrimonio; pero ni siquiera eso. Era de otro.

La reacción podría haber sido:

¿Por qué esto me está pasando a mí, que hice las cosas bien?

No fue así.

Algo que siempre me ha llamado mucho la atención es cómo dos personas pueden tener diferentes reacciones ante la misma situación.

Ante un embarazo.

Ante la enfermedad.

Ante el dolor de una situación.

Ante un ascenso laboral.

Ante la pérdida del trabajo.

Ante la pérdida de seres queridos.

E incluso ante el éxito: hay personas para las que lo peor que les puede pasar es que les salgan bien las cosas.

¿Cuál fue la reacción de José? La reflexión.

Ante cada evento inesperado podemos quejarnos, reaccionar de forma negativa y cerrarnos al mundo, o abrir nuestro corazón a la reflexión sobre lo sucedido. Quizá lo que vemos como un problema grave sea una oportunidad divina para cambiar el curso de la historia.

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que reflexionaste antes de responder o actuar?

«Mientras José reflexionaba al respecto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu mujer, porque su hijo ha sido concebido por el Espíritu Santo” Mateo 1:20 RVC.

No le tengas miedo al imprevisto.

No le tengas miedo al cambio de planes.

No le tengas miedo a los «de repente».

Porque lo que viene de ahora en adelante tiene que ver con Dios.

La justicia de José y María antes de que Dios intervenga les ayudó a entender el plan divino y a permanecer en un momento en el que otros hubieran escapado.

El llamado de José fue adoptar a Aquel que iba a adoptar a toda la humanidad.

Adoptar la voluntad de Dios no es fácil. Pero es el llamado de todos.