Cuando Dios te cambia los planes.Muestra

Al matrimonio de María y José le cambiaron los planes

El Evangelio de Lucas es el único en el que vemos cómo la situación mundial y las acciones políticas provocan que José y María tengan que moverse, y que, sin saberlo, están haciendo la voluntad de Dios.

Se aprecia un contraste entre los «poderosos emperadores romanos considerados dioses» y el indefenso bebé en el pesebre, que verdaderamente era Dios hecho hombre.

Vemos que todo está relacionado con Dios.

Estoy totalmente de acuerdo con una frase atribuida a Albert Szent-Györgyi, un bioquímico húngaro-estadounidense, Premio Nobel de Medicina en 1937: «La casualidad no es más que Dios actuando en anonimato».

Parece casualidad, pero no lo es.

Parecen injusticias, pero no lo son.

Los romanos gobernaban el mundo en ese momento; por su parte, José no podía hacer más que obedecer.

El decreto de Augusto se llevó a cabo en el momento justo para que el matrimonio al que pertenecía José se trasladara al lugar donde tenía que nacer el Mesías.

Ante los ojos del mundo, los romanos parecían dominar, pero en realidad es Dios el que tiene todo bajo control.

Yo no creo que José y María quisieran caminar tanto ni que Jesús naciera allí.

Es posible que a veces pensemos:

«Estoy siendo obediente. Entonces, ¿por qué no me va mejor?»

A veces, cuando nos enfrentamos a una dificultad, pensamos que malinterpretamos la voluntad de Dios o que Dios se equivocó.

Miremos a esta pareja.

Dios no les allanó el camino de tierra y les dio el mejor carruaje, pero les dio fuerzas para recorrer los 130 km.

No les proveyó de un hotel lujoso en Belén, sino que permitió que su hijo naciera en un entorno humilde.

Cumplir la voluntad de Dios no siempre garantiza comodidad y glamour.

Sin embargo, tenemos que acordarnos de que, aunque sea difícil, tiene que ver con el plan.

Y si Dios nos manda barrer, nos dará la escoba.

Como José y María, tenemos que aprender a vivir por fe, confiando en que Dios tiene el control.

Con el tiempo, José tuvo su carpintería, un negocio próspero para la época, y Dios les dio una gran familia terrenal, sin contar con la bendición de ser guardianes de Aquel que sería la Luz del mundo, la Puerta para la salvación, el Rey de reyes y Señor de señores, la Resurrección y la Vida, nuestro Señor y Salvador, el Primogénito de muchos.

Los momentos difíciles son circunstanciales y capacitadores para administrar la gloria que está por venir.

Créeme, realmente vale la pena cuando Dios te cambia los planes.