Salmo 121: Dios Es Nuestro GuardiánMuestra

¿Cómo es la ayuda que Dios proporciona?

No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre” (Salmo 121:3-8).

Dios es el sustentador de la creación

Dios no es sólo el creador de todo, sino también su sustentador, especialmente de los suyos, sus hijos. Dios como sustentador da protección, cuidado y sostén a la vida.

Dios es el guardián de su creación

Dios es nuestro guardián por excelencia. El Señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha (Salmo 121:5). El salmista nos dice que Jehová asume de gracia el oficio de guardián y lo cumple en persona. Y lo lleva a término con carácter personal: "Jehová es tu guardador", a favor tuyo.

Dios dará firmeza a tu vida

Dios ayudará a su pueblo al establecerse en un lugar seguro, permitiéndole permanecer y no permitiendo que su pie de al resbaladero. Dios es la fuente de nuestra estabilidad que da firmeza a nuestro andar.

Para el cristiano, esto le recuerda los principios que se encuentran en Efesios 6:11 y 13, que dice que el creyente encontrará un lugar donde permanecer, un refugio inexpugnable, y que esto solo puede ser hecho al mirar a Dios y confiar que Él, quien no dará tu pie al resbaladero.

Dios se presenta, pues, como el pastor que conoce los caminos y sabe orientar hacia pastos verdes o conducir por caminos sin peligros, evitando dar pie al resbaladero (ver Salmo 40:2; Proverbios 16:9), vale decir, que caigamos en las manos del mal.

Dios vigilará como atalaya tu vida

La expresión el que guarda da la idea de un guardián que vigila constantemente por nuestra seguridad. La palabra hebrea para guarda (shamar), traducida como guardar y preservar, aparece en seis ocasiones en este salmo. El tema es que Dios va a guardar a su pueblo como un guardia vigila la ciudad o a un grupo de viajeros. Este guardia nunca se adormece (mantiene una despierta atención). El salmista enfatiza que Dios no duerme ni dormita. A diferencia de los protectores humanos que necesitan descansar, Dios está siempre vigilante, asegurando la seguridad y el bienestar de su pueblo. Esta seguridad de la vigilancia constante de Dios habría sido especialmente reconfortante para los viajeros que enfrentaban las incertidumbres del viaje.