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Salmo 46: Dios Es Nuestro Amparo Y Nuestra FortalezaMuestra

Salmo 46: Dios Es Nuestro Amparo Y Nuestra Fortaleza

DÍA 2 DE 4

Hay varios aspectos que pone de manifiesto este salmo relacionados con la naturaleza y el carácter de Dios, y que son esenciales para fortalecer la fe.

La suficiencia de Dios

Dios es más que suficiente para toda necesidad de su pueblo. Él es absolutamente competente para satisfacer las necesidades de su pueblo.

La presencia de Dios y su provisión abundante

Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah (Salmo 46:4-7).

El salmista cambia el enfoque desde él a la ciudad de Dios (Jerusalén). Y lo hace usando un río como metáfora. La imagen de un río cuyas corrientes "alegran la ciudad de Dios" (Salmo 46:4, NVI) contrasta fuertemente con las aguas tumultuosas descritas anteriormente (vers. 2,3). Este río simboliza paz, provisión y la presencia sustentadora de Dios dentro de la ciudad. Este río describe la provisión abundante y constante que viene de Dios. La imagen es significativa porque Jerusalén, de hecho, no tiene tal río, solo algunos pequeños arroyos.

Dios mismo es la provisión para su pueblo

Para el salmista Dios actúa como protección y provisión con su misma presencia en medio de su pueblo. Dios está en medio de ella. Ahora, “Si deseamos la protección de Dios, sobre todo debemos interesarnos en que Él more entre nosotros” (Juan Calvino).

El salmista declara que Dios mismo en persona es amparo, fortaleza y pronto auxilio en las tribulaciones, aflicciones y vicisitudes. Para el salmista Dios mismo, y no otra cosa, persona o institución (ejemplo: ejército, carros y caballos, ciudades de refugio, muros reforzados, castillos y fortalezas, reyes) era su amparo y fortaleza. Esta confianza no tiene nada que ver con la seguridad o la fuerza inherente en la persona (fuerza de voluntad, inteligencia, habilidad, recursos financieros, etc.).

Era tal la confianza que le inspiraba Dios que sentía que podía vivir sin temor aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. El salmista usa un razonamiento para explicar la fuente de fe tan robusta y firme: Si Dios es nuestro amparo, fortaleza, y auxilio, entonces no hay razón por el cual temer, aun en la mayor crisis (aunque la tierra sea removida).

Una declaración equivalente en el Nuevo Testamento es: “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31). Y esta declaración de confianza es completada en los versículos 35 al 39: ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?... Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 8: 35-39).

A pesar de lo grande de la crisis los creyentes pueden sentirse seguros y confiados en las manos de Dios, quien es suficiente y competente para atender y suplir toda necesidad de su pueblo. Sin embargo, muchos cristianos fallan en depositar su confianza en Dios porque no son conscientes de su poder y no han aprendido la verdad de su suficiencia, y de la alta consideración en que Dios tiene a sus hijos.

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Acerca de este Plan

Salmo 46: Dios Es Nuestro Amparo Y Nuestra Fortaleza

El Salmo 46 es una fuente de consuelo en tiempos difíciles. Es una exhortación y recordatorio de la necesidad de depender de Dios y descansar en Él en tiempos de peligro, adversidad y luchas. Es un llamado a reconocer el poderío y la soberanía de Dios sobre todo lo que ha sido creado por Él, sabiendo que Él gobierna soberanamente y ordena según los sabios designios de su voluntad.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/