Este Es El Camino: Un Viaje De 30 Días a Través Del Libro De Los HechosEjemplo

Desvíos divinos

por Martita Lynch

Al día siguiente, Agripa y Berenice se presentaron en medio de gran ostentación, y entraron en la audiencia con los tribunos y los principales hombres de la ciudad. Festo mandó entonces que llevaran a Pablo -- Hechos 25:23 (RVC).

Lo recuerdo como si fuera ayer. Tenía dieciocho años y estaba sentada en un gran anfiteatro con cientos de otros estudiantes. Era mi primer día en la facultad de derecho. Todos miramos a nuestro alrededor esperando a la profesora. Cuando finalmente llegó, ¡no parecía feliz! Después de un breve y frío saludo, comenzó a hablar con desdén sobre un cambio importante en la Constitución argentina. Acababa de ser aprobado esa mañana: se había eliminado un requisito muy importante para ser presidente del país. Ya no era necesario que el presidente profesara la religión oficial de la República.

Para mi horror, la maestra miró a la clase y gritó: "¿Quién en este salón no profesa la religión oficial de la república?". Me quedé paralizada. Había sido ridiculizada tanto en mi vida que no quería exponerme de nuevo, pero también sabía en el fondo de mi corazón que tenía que ser valiente. Me armé con lo único que tenía: la Palabra de Dios. Jesús dice: “… a todo el que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre…" (Mateo 10:32 RVA-2015). Estaba temblando, pero levanté la mano.

Cuando la profesora vio mi mano, me respondió: "Felicidades señorita, ahora puede ser la presidenta de nuestra República". Ese pequeño acto de valor me abrió las puertas a muchas conversaciones y momentos en los que pude compartir mi testimonio y el evangelio a lo largo de mi experiencia universitaria. Durante la facultad de derecho, tuve un pequeño vistazo de lo que el apóstol Pablo pudo haber experimentado en Cesarea.

En Hechos 25, Pablo se enfrenta a varios desvíos antes de llegar a su destino final de Roma. Está encarcelado desde hace más de dos años; es acusado falsamente en la corte por los sumos sacerdotes y los líderes judíos; se ve obligado a defenderse y contar su testimonio frente a diversos líderes y grupos; tiene que hablar. Entre los presentes se encuentran Festo y su consejo, el rey Agripa y Berenice, oficiales militares de alto rango y hombres prominentes de la ciudad. ¡Hablando de un lugar donde necesitas audacia! ¿Quién podría haber orquestado tal reunión sino Dios mismo? Este lugar en Cesarea es donde Dios presiona el botón de pausa en el viaje de Pablo a Roma.

Dios tiene algunas personas que necesitan escuchar el mensaje de Pablo. Pablo se presenta ante este tribunal falso por cargos fabricados y proclama el evangelio de Jesucristo. Es un desvío divino para Pablo. Algunas de estas personas no son las más morales o éticas, pero Dios arregla las circunstancias para que tengan la oportunidad de escuchar el evangelio.

Dios a menudo coloca desvíos divinos con personas inesperadas en nuestras vidas, y debemos estar atentos para reconocer estos momentos. Así como Pablo compartió su testimonio con valentía, nosotros también debemos estar dispuestos a compartir la obra de Dios en nuestras propias vidas con valentía. No es casualidad que trabajes con un colega específico o vivas al lado de cierto vecino. Como cristianos, siempre debemos estar atentos a las oportunidades que Dios podría estar orquestando para su gloria. Debemos estar preparados para compartir nuestra fe y explicar la razón de nuestra esperanza cada vez que se presente la oportunidad (lee 1 Pedro 3:15).

Algunas personas pueden argumentar: "No tengo una historia fascinante", o "No estoy seguro de cómo compartir lo que Dios está haciendo en mi vida", o "No soy bueno para guiar a las personas a Cristo". Permíteme tranquilizarte y simplificar las cosas: a los ojos de Dios, nuestro éxito no se mide por nuestros resultados, sino por nuestra obediencia. No dejes que las preocupaciones sobre cómo podrían responder los demás o las dudas sobre el impacto de tu testimonio te detengan. Lo que realmente importa es tu disposición para compartir, no el resultado. Recuerda que a Dios le encanta que estés dispuesto a ser usado por Él durante los momentos que Él ha orquestado. Presta mucha atención a los desvíos, las interacciones inesperadas, que encuentras en el camino.

Por supuesto, no siempre sabemos el impacto de nuestras interacciones. Cuando compartimos nuestras historias y hablamos de Jesús, es posible que estemos plantando semillas, o que estemos regando semillas que otra persona ya ha plantado (lee 1 Corintios 3:6). Tenemos el privilegio de asociarnos con Dios en su plan para una persona en particular en un momento designado. A veces es solo un momento, como en mi historia, en el que Dios solo me pidió que levantara mi mano. En ese momento, no entendía las implicaciones de ese pequeño acto de obediencia. Sin embargo, el fruto de mi obediencia dio lugar a muchas conversaciones, preguntas y oportunidades para compartir el evangelio.

Lo que importa es que permanezcamos fieles a seguir la guía de Dios, yendo a donde Él se desvíe, diciendo lo que Él quiere que digamos y compartiendo con aquellos que Él pone en nuestro camino. Entonces simplemente debemos confiarle a Él el resultado. Solo Dios te abre las puertas para hablar y compartir de su obra en tu vida. Él trae personas a tu vida para que puedas compartir su mensaje con ellas. ¡Así que prepárate para hablar cuando Dios establezca un desvío divino!

Oración

Padre, me comprometo a compartir tu obra en mi vida con las personas que cruces en mi camino. Ya sea que la gente lo reciba o no y lo crea, está en tus manos, Señor. Ayúdame a seguir el ejemplo de Pablo buscando y orando por oportunidades divinas para tu gloria. Usa mi historia para tus propósitos. Ayúdame a estar siempre listo/a para compartir el evangelio y la esperanza que hay en mí. En el nombre de Jesús, amén.

Activación

• Pídele al Espíritu Santo que destaque a una persona con la que Él quiere que compartas el evangelio y que tengas la valentía de hablar cuando llegue el momento. Puede ser tan sencillo como iniciar una conversación o compartir cómo Jesús ha traído paz a tu vida.
• Presta atención a las interacciones inesperadas o desvíos que ocurran en tu vida esta semana. Pídele al Espíritu Santo que te guíe en esos momentos y te impulse a compartir una palabra de aliento o una historia sobre cómo Dios ha obrado en tu vida. ¡Prepárate para que Dios te use de maneras inesperadas!

Para profundizar

Hechos 25; Romanos 10:14–15; 1 Corintios 2:1–5; 1 Corintios 3:6–11; 1 Pedro 3:15

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?