¡Adquiriendo Sabiduría! – en Las Manos De DiosMuestra

Brújula moral

Si el capitán de un barco no tiene claro su rumbo y mueve el timón algunos centímetros a babor o a estribor, puede parar encallando en un lugar muy alejado de donde se dirigía. Así nos pasa también en la vida, no podemos ir en la vida sin tener una brújula moral que nos direccione en todo momento.

¿Cuántas veces no nos ha sucedido esto? Queremos dirigirnos hacia un lugar y paramos en un lugar totalmente contrario. Esto sucede porque a veces el camino es muy largo y somos muy propensos a tomar pequeñas decisiones casi imperceptibles que nos pueden alejar de nuestra meta y propósito.

Los consejos que encontramos en este capítulo nos sirven mucho como esa brújula moral. Desglosemos un poco la serie de enseñanzas que nos trasmite. Nos empieza hablando de la confianza, como el impío por lo regular es una persona inestable que para huyendo, mientras que el justo es confiado como un león, no se mueve, no cambia, permanece firme y tranquilos, porque sabe en quién confía. ¿Cómo se encuentra nuestra confianza? Cambiamos a cada rato de parecer, salimos huyendo de algunas situaciones o somos de los que permanecen estables ante cualquier circunstancia.

Además de esto, nos habla de cómo la ética no depende de nuestros recursos, sino de nuestros valores. Los cuales deben establecerse firmes en nuestro corazón para que cuando venga el día de la prueba, ellos nos sostengan.

Construyamos el ecosistema adecuado a nuestro alrededor para que la gente se sienta con la confianza de darnos un consejo, e incluso una reprensión si es necesario. Esto solo va a ser posible si tenemos humildad. Porque solo una persona con esta característica es capaz de aprender de cualquier persona y en todo momento.

Para las decisiones que tomamos aferrémonos fuerte a las convicciones que las Escrituras nos transmiten y para redireccionar nuestra vida, no le huyamos a la confrontación, ni a los consejos. ¡Y que la sabiduría de Dios guíe cada paso que damos!