¡Adquiriendo Sabiduría! – en Las Manos De DiosMuestra

Reflexiones de vida

En este capítulo vamos a explorar una serie de enseñanzas aplicables en todo ámbito de la vida. En sus primeros versos podemos aprender acerca de la limitación que tenemos como seres humanos y en contraste podemos observar también la grandeza del Señor. Debemos tener la humildad para reconocer que sin Dios no somos nada, que es gracias a Él que podemos adquirir sabiduría.

Muchas veces la barrera que evita que adquiramos sabiduría es nuestro propio orgullo. La sabiduría se podría presentar frente a nuestros ojos sin que podamos verla, porque estamos totalmente enfocados en nuestra propia opinión. Es momento de voltear a ver al Señor y reconocer que es en Sus palabras en donde encontramos la guía que necesitamos para vivir.

Para aquel que quiere aprender, cualquiera puede ser su maestro: hormigas, conejos, langostas y arañas, Agur (escritor de este Proverbio) nos muestra esto en este capítulo, en el cuál podemos extraer cuatro grandes enseñanzas de estos personajes.

De la hormiga podemos aprender a ser previsores, no esperemos a estar pasando una mala temporada para prepararnos. De los conejos podemos aprender a tener cimientos fuertes para que cuando estemos viviendo adversidad, nuestra casa no se caiga. De las langostas podemos aprender a ser diligentes, sin esperar una instrucción debemos actuar de la manera correcta. Y de las arañas podemos aprender que sin importar nuestra fragilidad o debilidades, si somos lo suficientemente perseverantes podemos llegar muy alto.

La sabiduría está en todos lados, ¿estamos dispuestos a qué hoy nos enseñe algo? Volteemos a ver a nuestro alrededor, allí se encuentra, esperando a que un buen alumno se acerque.