¡Adquiriendo Sabiduría! – en Las Manos De DiosMuestra

Aprendiendo a manejar el enojo y la ira

Hay una historia en la que un maestro recibió insultos de otra persona. En lugar de responder con enojo, el maestro pregunta al hombre: "Si alguien te ofrece un regalo y no lo aceptas, ¿a quién pertenece el regalo?" El hombre responde que el regalo seguiría perteneciendo a quien lo ofreció. El maestro entonces explica que de la misma manera, si no aceptas el enojo de alguien, este sigue perteneciendo a la persona que lo expresó.

Esta parábola nos recuerda que tenemos el poder de decidir cómo reaccionar ante las provocaciones y que no debemos permitir que el enojo de otros nos afecte.

¿Cuántas veces no hemos sido presos del enojo y la ira? Normalmente cuando nos dejamos guiar por él, tomamos malas decisiones. Hablamos cosas que no deberíamos decir, realizamos acciones incorrectas. Dejamos que una emoción nos guíe y sufrimos las consecuencias de ello.

Este capítulo nos da consejos para reconocerlo, dominarlo y apartarnos de esta emoción y sus consecuencias. En los primeros versos habla de las consecuencias que trae, de como sus decisiones basadas en el enojo y la ira pueden traer consecuencias no solo para una persona, sino para toda una ciudad, en contraste de cómo los sabios se apartan de la ira. Al final, el capítulo también muestra algunas consecuencias de darle rienda suelta al enojo y cómo esto nos puede llevar a estar en medio de pelas y pecar. ¿Qué podemos hacer con nuestro enojo? Nos aconseja no darle rienda suelta, sino aprender a dominarlo.

No se trata de negar la emoción, sino evitar que esta nos guíe en las acciones que realizamos. Ni esta, ni ninguna emoción debe guiar nuestra vida, sino solamente Su Espíritu Santo y las Escrituras, esta va a ser la clave para vivir sabiamente.