Amor DiscernidorMuestra

El amor requiere de conocimiento que le direccione

"Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde (desborde) aún más y más en conocimiento (conocimiento pleno) y en toda comprensión (discernimiento, percepción), para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios" (Filipenses 1:9-11).

Para amar sanamente, con efectividad se requiere dotar al amor de conocimiento.

Este conocimiento no es meramente algo adquirido por medio del estudio, puesto que para Pablo el conocimiento tenía serias implicaciones prácticas. Un conocimiento más pleno, o un conocimiento pleno, requiere una mayor participación entre quien ama y quien es amado, influenciándole más poderosamente; dando y recibiendo amor.

Añadiendo conocimiento pleno al amor

La palabra compuesta epi-gnosis (conocimiento) se refiere a conocimiento moral y valores éticos tanto como al pecado. También se refiere a una relación íntima con Dios, al conocimiento de la voluntad de Dios. Generalmente se usa en el NT para el conocimiento necesario para salvación.

Es importante desarrollar el conocimiento necesario para amar de la mejor manera que resulte para la persona a la que se le expresa amor.

El conocimiento es indispensable para el ejercicio efectivo del amor. Si las acciones de este amor no están guiadas por el conocimiento preciso de quien se ama, no darán en el blanco.

Hay dos tipos de conocimiento necesarios para hacer efectivo el amor:

• El conocimiento escritural. Permite tomar conocimiento sobre los principios y mandamientos contenidos en la palabra de Dios.
• El conocimiento personal. Es aquel conocimiento que profundiza en el conocimiento y necesidades de la persona concreta sobre la que se deposita el amor. Cada persona tiene necesidades diferentes, cada persona también se siente nutrida con una forma en particular de expresión de amor.

El verdadero amor, el amor efectivo, es un amor iluminado, un amor mejorado con y lleno de verdad. No podemos amar como Dios a menos que nuestra mente esté implicada de manera correcta. Amar bien requiere pensamientos correctos y buenos. Y este amor — un afecto por los demás, anclado y estimulado por la verdad — es lo que Dios crea en nuestros corazones mientras trabaja para completarnos.