Misioneros en El Mercado LaboralEjemplo

Día 1: Soy un misionero de tiempo completo en el mercado laboral

Un día me invitaron a dar una conferencia en un evento de emprendimiento e innovación. Después del evento, un profesional cristiano se me acercó y, al escuchar mi charla, se dio cuenta de que también soy cristiano. Me dijo:

"He trabajado en esta gran empresa durante 32 años. Pero ahora he decidido servir a Dios, así que voy a dejar mi trabajo para estudiar teología".

Me sentí incómodo y le pregunté:

"¿Y qué has estado haciendo en esta empresa durante 32 años? ¿No estabas sirviendo a Dios ahí?".

A menudo aprendemos en nuestras iglesias que en el Reino de Dios hay diferentes funciones: o abandonas todo para ser misionero, o te dedicas a orar, o donas para apoyar la obra.

Pero hoy, en este primer día de devocional, quiero compartir que estas ideas no son del todo bíblicas. Necesitamos recuperar una comprensión bíblica de lo que significa realmente hacer misiones.

Cuando observamos el principal pasaje de la Gran Comisión, la palabra "id" en el original está en movimiento, en gerundio, y podría traducirse como "yendo." Jesús da esta orden a sus discípulos, lo que nos incluye a ti y a mí. Jesús no nos llama a ir, porque si estamos con Él, ya estamos yendo. Dios es un Dios en misión. Si estamos con Dios, ya estamos en misión con Él y para Él.

Tu carrera profesional o tu negocio no existen solo para pagar cuentas y financiar proyectos misioneros. No eres el cajero automático de Dios. Dar es, sin duda, una parte importante de nuestra vida cristiana, y lo hacemos con alegría y generosidad, pero la ofrenda es solo una parte de nuestra misión.

La reflexión de hoy será la base para los siguientes días de este plan y es muy sencilla: además de diezmar, donar financieramente y servir en nuestra iglesia local, debemos entender lo que realmente quiere Jesús. Y Él quiere que entreguemos nuestras vidas enteras a la misión del Padre.

Oremos juntos:

"Jesús, reconozco que en Ti soy un misionero de tiempo completo. Ayúdame a reflejar Tu Reino en todo lo que haga, especialmente en mi vocación profesional. Que mi forma de trabajar, mi ética, la manera en que trato a las personas, la calidad de mi trabajo y mis relaciones sean para la honra y la gloria de Tu nombre. Te entrego, Jesús, el 100% de mis planes profesionales. Usa mi carrera y mis negocios como un proyecto misionero. En el nombre de Jesús, ¡amén!".