Misioneros en El Mercado LaboralMuestra

Día 4: ¿Tengo las marcas de un misionero en el mercado laboral?

Hace unos años, fui a una heladería y me formé en la fila para pesar mi helado. Al poner el recipiente en la balanza, el empleado del mostrador me pidió amablemente que retirara la cuchara que ya había colocado dentro. Me dijo: "No es justo que pagues por el peso de la cuchara".

Me impresionó su honestidad. Luego regresé con amigos y repetí la prueba: cada vez, el empleado actuó de la misma manera. Más tarde, descubrí que era cristiano cuando lo vi en un proyecto social entre iglesias.

La cuchara no pesa mucho, pero si no aplicamos justicia en lo pequeño, ¿cómo lo haremos en asuntos más grandes?

En solo tres versículos, Juan el Bautista nos da un modelo de conducta en el trabajo:

• Estar atentos a las necesidades de los demás y actuar con generosidad (Lucas 3:11).
• Hacer lo correcto (Lucas 3:13).
• Actuar con respeto y contentamiento (Lucas 3:14).

Si les preguntaran a tus compañeros de trabajo sobre ti, ¿dirían que vives con estos principios?

Muchos cristianos viven como "agentes secretos" en el mercado laboral. Pero la Biblia nos dice que fuimos salvados para hacer buenas obras, para ser testigos del Reino.

Si alguien que ha trabajado contigo durante años descubre que eres cristiano y dice: "¡No tenía idea!", ¿cómo te sentirías?

Hoy en día, es cada vez más difícil ser cristiano en el mercado laboral, pero los desafíos no pueden hacernos olvidar nuestra misión. Más bien, deben llevarnos a depender más de Dios y a actuar con valentía, fidelidad y sabiduría.

Oremos juntos:

"Jesús, fuente de perdón y misericordia, dependo de Tu gracia cada día. Me arrepiento por todas las veces que no mostré señales de que soy Tu discípulo en mi trabajo. Pero Tu gracia me da una nueva oportunidad. Ayúdame a señalar Tu amor, Tu justicia y Tu santidad. Dame nombres específicos de compañeros de trabajo por los que pueda orar y oportunidades para compartir mi fe. En el nombre de Jesús, amén".