La Fidelidad De Dios - Guiándonos De Vuelta a ÉlEjemplo

El llamado de Dios al arrepentimiento

Leer: Deuteronomio 30:17-20; Ezequiel 33:10-11

EOAO: Deuteronomio 30:17-18

“Pero si tu corazón se aparta y no obedeces, te dejas extraviar, te inclinas a dioses ajenos y los sirves, yo os declaro hoy que sin duda pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais a entrar para tomarla en posesión tras pasar el Jordán".

En el texto

Dios nombró al pueblo de Israel como su nación escogida, no por algo especial en ellos, sino por su gran amor. Fueron apartados para bendecir al mundo y demostrar cómo es una relación con Dios y una vida santa, que sólo requiere fe y obediencia.

Si el pueblo hubiese confiado en Dios, lo hubieran puesto en primer lugar y obedecido, habrían habitado seguros en la tierra. Sin embargo, el pueblo optó repetidamente por rechazar este pacto, volviéndose a ídolos y siguiendo los caminos de los dioses falsos de las naciones que los rodeaban.

Pero Dios es paciente. Le dio al pueblo de Israel numerosas oportunidades, durante cientos de años, de arrepentirse, de alejarse de su rechazo de Dios y de volverse a Él con todo su corazón. En cambio, continuaron desobedeciendo, por lo que Dios los entregó a lo que querían. Esto resultó en que Israel se dividiera en dos reinos, el pueblo fue conquistado por naciones extranjeras y finalmente enviado al exilio.

Dios envió muchos profetas antes, durante y después del exilio para advertir al pueblo y llamarlo al arrepentimiento. Este es el contexto de los profetas menores. Se les llama “menores” simplemente por su extensión y no por su significado. En este estudio, cubriremos cinco de los doce profetas menores. A lo largo de estos libros, veremos a nuestro Dios buscador que nunca se da por vencido con Su pueblo, brindando esperanza a pesar de la continua rebelión.

¿Dónde estás hoy? ¿Estás ignorando el llamado de Dios a regresar a Jesús, como lo hizo Israel una vez? El pecado puede ser tentador, pero sólo ofrece placer pasajero y te deja quebrantado.

Los brazos de Jesús están abiertos, ofreciendo seguridad, calidez, perdón y libertad. Todo lo que necesitas es tu primer paso.

Oración

Dios, gracias por seguir llamando a la gente a volver a ti. Ayúdame a ver hacia dónde estoy tratando de seguir mi propio camino y llévame de regreso a tus amorosos brazos. En tu nombre, amén