Pedro: Imprudencia E ImpulsividadMuestra

El amor de Cristo transforma nuestras debilidades en fortalezas para su gloria.

Después de la resurrección de Jesús, encontramos a Pedro lidiando con la culpa y la vergüenza de haber negado a su Señor. En este hermoso pasaje, vemos cómo Jesús restaura y comisiona a Pedro.

Tres veces Jesús pregunta a Pedro si lo ama, correspondiendo a las tres veces que Pedro lo negó. Con cada respuesta afirmativa de Pedro, Jesús le da una comisión: «Apacienta mis corderos», «Cuida de mis ovejas», «Apacienta mis ovejas».

Es significativo que Jesús elige a Pedro, con toda su impulsividad e imprudencia, para ser un líder clave en la iglesia primitiva. Vemos aquí cómo Dios no descarta a Pedro por sus fallas, sino que transforma sus debilidades en fortalezas.

La impulsividad de Pedro, que antes lo llevó a negar a Jesús, ahora se convertiría en un celo apasionado por predicar el evangelio. Su tendencia a hablar primero, se transformaría en valentía para proclamar a Cristo, incluso frente a la persecución.

Como mujeres de fe, esta historia nos recuerda que Dios no nos descarta por nuestras debilidades. Al contrario, Él puede usar esas mismas características que consideramos defectos y transformarlas en herramientas poderosas para su reino.

• Aprende: ¿Cómo abordó Jesús la restauración de Pedro? ¿Qué nos enseña esto sobre cómo Dios trata nuestras fallas y nuestras debilidades?
• Vive: Reflexiona sobre una debilidad en tu carácter que te preocupa y responde ¿Cómo podría Dios transformar esa debilidad en una fortaleza para su gloria?
• Lidera: Comparte con alguien cómo has visto a Dios transformar una debilidad tuya en una fortaleza. Anima a otros preguntándoles: ¿Cómo ha usado Dios tus imperfecciones para su propósito?

Oración
Amado Jesús, gracias por tu amor que restaura y transforma. Perdónanos cuando dejamos que nuestras fallas nos definan. Ayúdanos a ver nuestras debilidades como oportunidades para tu gracia y poder. Transfórmanos, como lo hiciste con Pedro, para que podamos servirte con todo lo que somos. En tu nombre Jesús, oramos. Amén.

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