Gozo contagioso

Ser un compañero de equipo cristiano

Piensa en el mejor compañero de equipo que hayas tenido. ¿Por qué era un buen compañero? ¿Cómo te hacía sentir? ¿Qué acciones demostraban que se preocupaba por ti? ¿Cómo influyó esta persona en sus actitudes en el vestuario? ¿Y en el rendimiento del equipo?

Gálatas 5:22 enumera las características del fruto del Espíritu, las cuales son amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.

Estas cualidades se manifiestan cuando vivimos nuestras vidas en comunión con Jesús. Este fruto del Espíritu puede ser una herramienta poderosa para impactar positivamente a nuestros compañeros de equipo.

En la universidad, tenía una compañera de equipo que estaba de mal humor por las mañanas. No la culpo, porque entrenábamos temprano. El mal humor es el estado natural de todo el mundo a las 6 de la mañana. Durante un semestre, me propuse llevar alegría a esta compañera por las mañanas. Así que, cada día, me acercaba a ella y le daba un fuerte abrazo. Ella lo odiaba. Pero, con el tiempo, se convirtió en algo de lo que todos nos reíamos a diario. Creo que a ella también le dio la alegría que tanto necesitaba.

Cuando el Espíritu Santo mora en nosotros, experimentamos el maravilloso fruto del Espíritu en nuestros corazones. Pero Dios no nos llama a guardarlo para nosotros mismos. ¡Él nos ha llamado a influenciar a los que nos rodean y compartir ese buen fruto con ellos!

Mi película favorita es un viejo clásico llamado It's a Wonderful Life ("¡Qué bello es vivir"). Hay una cita en la película que dice: «Todo lo que puedes llevarte contigo es aquello que has regalado». Me encanta. Cuando intentamos aferrarnos al gozo para nosotros mismos, acabamos perdiéndolo. El gozo es para compartirlo.

Pablo nos dice en 1 Timoteo 6:18 que la manera de experimentar la vida como Dios manda es ser dadivosos en las «buenas obras». En el caso de los deportistas, podemos utilizar este mensaje para dar forma a la manera en que interactuamos con nuestros compañeros de equipo. Ser generoso puede consistir en llevar a un compañero de equipo al entrenamiento por la mañana, ayudar a tu entrenador a limpiar el equipo y llevar las bolsas de balones después del entrenamiento. Puede ser animar a un compañero que ha cometido un error en un partido o algo tan sencillo como dar un abrazo a un compañero cuando lo ves por primera vez por la mañana.

Lo bueno de este tipo de espíritu de entrega es que, cuanto más gozo, amor y bondad regalamos, más experimentamos nosotros mismos. Tenlo en cuenta cuando interactúes con tus compañeros de equipo. La generosidad conduce a la abundancia.

Preguntas de aplicación:

• ¿De qué manera puedes servir a tus compañeros de equipo esta semana?
• ¿Qué persona de tu vida ha sido generosa contigo con su gozo? ¿Cómo puedes hacer sentir a tus compañeros de equipo lo que esa persona te hizo sentir a ti?

Oración:

Dios, gracias por tu Espíritu que vive en nosotros. Ayúdanos a ser generosos a la hora de compartir las cosas buenas con las que nos has bendecido. Danos el corazón de un siervo para edificar a nuestros compañeros. Ayúdanos a entender que cuanto más damos, más de Ti experimentamos. Amén.