El OrgulloMuestra

Posición social
"Al llegar a su pueblo, comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga. —¿De dónde sacó este tal sabiduría y tales poderes milagrosos? —decían maravillados—. ¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están con nosotros todas sus hermanas? Así que, ¿de dónde sacó todas estas cosas? Y se escandalizaban a causa de él. Pero Jesús les dijo: —En todas partes se honra a un profeta, menos en su tierra y en su propia casa" (Mateo 13:54-57 NVI).
En Nazaret, ciudad donde Jesús creció junto con su familia, fue rechazado como el hijo de Dios. Por esto, NO hizo muchos milagros allí, pues sus habitantes no creyeron en los poderes que el Padre Celestial le había dado. Allí, fue valorado de acuerdo a su posición social, en función del oficio que desempeñaba su padre, o quienes eran su madre, sus hermanos y hermanas.
Hoy en día, a las personas también se les da valor y posición en la sociedad con base en sus apellidos, el estatus socioeconómico de su familia, los títulos profesionales, los bienes materiales, o los cargos laborales. El cristiano no debe basar su valor y su posición en lo anterior, pues su valor es la sangre de Cristo y su posición de ser hijo de Dios.
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12 NVI).
Recordemos el ejemplo de Jesús respecto a su condición social:
1. Aunque es el rey, se despojó de su majestad.
2. Aunque le tocó vivir como carpintero y crecer en un medio sin lujos ni extravagancias, no dio lugar al resentimiento.
Ambas posiciones lo hacían vulnerable al orgullo, ya fuera por vanidad o por resentimiento. Sin embargo, no lo hizo porque sabía y tenía clara su condición y propósito por el cual debía entregarse. Para poder ser salvador de la humanidad, necesitaba despojarse de su divinidad.
Hay un proverbio popular que dice "Dime de qué presumes y te diré de qué careces". En el mundo, el dinero, tu profesión, o lo que posees definen tu posición en la sociedad. Sin embargo, tu verdadera posición y tu valor son definidos por la sangre de Cristo, que te la da para que vivamos en libertad aquí y ahora, a fin de ser lo que Dios te ha llamado a ser.
Oremos:
Amado Padre Celestial, te pido perdón porque tal vez muchas veces mi orgullo me ha nublado. He perdido la capacidad de ser humilde. Renuncio a mi orgullo y te pido que me mantengas centrado en ti, para no desviarme y creer que lo que tengo, o lo que soy, me hacen mejor que otros. En el nombre de Jesús, amén.
Escritura
Acerca de este Plan

Te queremos invitar a reflexionar sobre cómo el orgullo interfiere en tu relación con Dios y con los demás. A través del ejemplo de Jesús, se destacan valores como la humildad, el servicio, la compasión y la dependencia total de Dios. Cada día abordaremos una faceta del orgullo —posición social, apariencia, éxito, reputación— confrontándola con la verdad bíblica. Es un llamado a renunciar a la autosuficiencia y abrazar el carácter de Cristo, quien nos mostró que el camino a la verdadera grandeza es la humildad.
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Nos gustaría agradecer a Casa Sobre la Roca, Iglesia Cristiana Integral por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: casaroca.org