Conflictos, pero no detenidos.

La Iglesia primitiva sufrió persecución, burlas y algunos incluso enfrentaron la muerte, pero además no fue perfecta: por dentro, hubo conflictos internos: diferencias personales, conflictos de personalidad, roces y también errores humanos. ¿Te suena conocido?

Sin embargo, Dios se manifestó en todo momento de formas increíbles, incluso en medio de los desacuerdos. La unidad no es ausencia de conflictos, sino decisión de caminar en amor, justicia y humildad.

Hoy también podemos enfrentar divisiones, pero el mismo Dios que actuó en Hechos sigue transformando corazones. Las circunstancias negativas, como roces personales, o diferencias de opinión, el desaliento y miedo, también lo enfrentó la iglesia primitiva, pero no se detuvieron. Ellos entendieron el mandato de representar el amor incondicional de Jesús (Juan 13:35). Caminaron con paciencia y con fe, confiados en las promesas de Dios, tolerando, soportando y amando.

Esas promesas están en la Biblia, y son las mismas que podemos usar hoy también para enfrentar nuestros miedos, conflictos y diferencias.

Los temores de afuera que nos traen dudas y desánimo, se desvanecen con los milagros que Dios nos muestra a diario. Dios mismo pelea nuestras batallas y Él nos permite conquistar el terreno enemigo muchas veces sin tener que hacer absolutamente nada, solo orar y confiar. Así lo hizo con Ester, José, David y por supuesto con los apóstoles.

Nada pudo detener la expansión del reino de Dios. ¿No te emociona saber que Dios nos invitó también a ser parte del milagro? ¿A ser parte de su honrosa nación? ¡Hoy es nuestro tiempo y tenemos el mismo llamado, el mismo Dios a nuestro lado! Que no te detenga el miedo, los conflictos ó el desánimo.

Predicar el evangelio, nos debe hacer sentir muy honrados y agradecidos, al formar parte del milagro más grande del mundo, que nadie detiene, que no se puede apagar. Jesús es Rey y Señor, su reino es el más grande, justo y digno entre todas las naciones. En toda la historia nada iguala a la iglesia universal.

Examina si hay alguna roce ó relación rota con alguien. Da el primer paso para reconciliarte o servir a alguien con quien hayas tenido desacuerdo. Y permite que Dios siga usándote. ¡No seamos piedra de tropiezo, sino fuente de bendición! Ora a Dios y pídele que te use para llevar el evangelio a otros.

Oración: Dios, ayúdame a buscar tu voluntad por encima de mis opiniones. Enséñame a amar a mis hermanos en medio de las diferencias y a construir unidad entre todos en la iglesia. Enséñame a hace equipo con amigos para no perder el objetivo de dar testimonio de Jesús y ganar a otros para Cristo. Dame el valor, el amor y la sabiduría de tu palabra para seguir compartiendo el mensaje del evangelio y seguir extendiendo tu reino en la tierra. En el nombre de Cristo Jesús, amén.