Para La Mamá Que Anhela Adorar Como AntesMuestra

Tu adoración tiene un nuevo ritmo.

Ser mamá transforma nuestra vida de maneras inesperadas. Los días toman otro ritmo, las prioridades cambian, incluso la forma en que nos conectamos con Dios. Tal vez antes pasabas largas horas en oración, adorando y estudiando la Biblia, y ahora sientes que tu tiempo es demasiado corto o tu corazón está demasiado cansado. No estás sola en esto. La maternidad es hermosa, pero también desafiante y agotadora, y es de esperar que la adoración se vea diferente.

Tu adoración ha cambiado de forma, pero no de esencia. Antes era un río amplio, ahora es un pequeño arroyo que fluye suavemente entre los días ocupados, pero sigue siendo un deleite para el corazón de Dios.

Dios no busca rituales perfectos, busca corazones rendidos. Un corazón que lo ama, que lo busca y se entrega a Él, aun entre pañales, berrinches y desvelos, sigue siendo un corazón que adora.

Tal vez no tengas tiempo para un tiempo devocional largo, pero puedes susurrarle a Dios mientras conduces, mientras das la cena o mientras arrullas a tu bebé. Cada instante puede convertirse en un momento de encuentro con Él.

Recuerda que tu nuevo ritmo de adoración no es menos valioso, es diferente y en esa diferencia hay gracia. Dios te invita a redescubrir la belleza de adorar desde tu realidad actual.

Acción del día:

Hoy, encuentra un instante para adorar a Dios en medio de tu rutina. Quizás mientras atiendes a tus pequeños, preparas la comida o caminas por la casa. Cada pequeño momento puede ser una expresión de amor y tu nuevo ritmo de adoración también es precioso para Él.