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Perdonando Como Jesús

DÍA 3 DE 5

El perdón genuino no pretende que parezca que el daño no ha ocurrido, sino que decide conscientemente no cobrar la deuda que incurrió.

Las personas suelen decir: «algunas ofensas son simplemente imperdonables», y desafortunadamente, este pensamiento ejerce un poder subconsciente sobre muchos que luchan con heridas profundas. Sin embargo, Pablo revela en este pasaje una fórmula infalible para superar las ofensas más graves: reconocer que el perdón siempre tiene un costo, el cual ya ha sido consumado por completo en Cristo en la cruz.

Lo fascinante de este verso es la metáfora legal que Pablo utiliza: (exaleipsas to cheirographon), la cual significa «anulando el acta de los decretos», término que se refería a un documento manuscrito que, durante la época, registraba una deuda, es decir, un testimonio legal de obligación. Por ello, el perdón divino no pretende hacer como que la deuda nunca existió, por el contrario, sí reconoce la deuda, pero luego la cancela definitivamente.

Un detalle revelador que quiero compartir contigo sobre el perdón es el siguiente: el paralelismo entre lo que hemos recibido («perdonados todos los pecados») y lo que se nos llama a hacer, pues la palabra «todos» (panta) es comprehensiva y sin excepciones. Así que no hay categoría de pecado demasiado severa para el perdón divino y, por extensión, no debería haber ofensa humana demasiado grave para nuestro perdón.

Lo revolucionario para nosotros en este pasaje es que Pablo vincula este perdón de manera directa con la cruz. El perdón genuino siempre tiene un costo, es decir, la deuda no «desaparece» simplemente, sino que es absorbida por alguien. En la cruz, Cristo absorbió el costo infinito de todas nuestras ofensas, modelando y capacitándonos para que, entonces, absorbamos el costo finito de las ofensas contra nosotros.

Dios, en su perfecta sabiduría, nunca trivializa el mal ni minimiza el daño real de las ofensas. En cambio, lo aborda de frente, de manera que reconoce la deuda completa, pero luego la absuelve a un costo personal extraordinario. Por lo tanto, este es el patrón que estamos llamados a emular.

Esta fórmula infalible desafía tanto la negación (no fue para tanto), como el resentimiento perpetuo (nunca podré superar esto). Además, ofrece un tercer camino: reconocimiento completo del daño, seguido por la decisión deliberada de absorber personalmente el costo, lo cual libera al ofensor de la deuda.

  • Aprende: Identifica ofensas que has categorizado como «imperdonables» o demasiado costosas para perdonar y reflexiona en las siguientes cuestiones, ¿Qué «costo» te parece imposible de absorber? ¿Cómo cambia tu perspectiva reconocer que Cristo ya absorbió un costo infinitamente mayor por tus propias ofensas?
  • Vive: Esta semana, selecciona una ofensa significativa y aplica conscientemente la fórmula de Pablo:
  1. Reconoce honestamente la realidad y gravedad de la ofensa.
  2. Identifica el costo específico que implica perdonar.
  3. Decide deliberadamente absorber ese costo, inspirado por el ejemplo de Cristo.
  • Lidera: Comparte esta perspectiva del perdón como absorción deliberada del costo con alguien que lucha con una ofensa que parece imperdonable. Ayúdale a ver que el perdón no requiere minimizar el daño sino decidir conscientemente no transferir el costo de vuelta al ofensor.

Oración
Padre, gracias por no minimizar mis pecados sino por reconocerlos plenamente y luego absorber su costo completo en la cruz. Fortaléceme para hacer lo mismo con aquellos que me han herido, por grave que sea la ofensa. Amén.

Acerca de este Plan

Perdonando Como Jesús

Descubre en estos cinco días las estrategias transformadoras que hicieron del perdón de Jesús una fuerza tan poderosa que cambió la historia humana. Aprenderás a liberarte de resentimientos que te han mantenido cautivo, sanar heridas que parecían imposibles de superar, y experimentar la libertad extraordinaria que viene cuando perdonas como Jesús perdonó.

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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.reformadas.com