«Versículos Determinantes Para Tu Vida Y La Humanidad»Muestra

«Reconoce   sus esquemas»
 

    Génesis 3:15, es tan importante, porque es la primera referencia bíblica   directa a la venida del Mesías, Jesús. Entre las secuelas del pecado, Dios   pronuncia juicios sobre Satanás, quien es el verdadero poder detrás de la   serpiente. El juicio es enemistad y hostilidad entre la descendencia de Eva y   Satanás. La descendencia de la mujer se refiere a todas las personas,   incluyendo Jesucristo. La descendencia de Satanás incluye gente que rechaza a   Dios y seres demoníacos.
 

    Dios también anuncia el resultado de su enemistad. Satanás enviará un golpe   contra Jesús, un golpe en el talón, el cual es una referencia de la cruz.   Pero Jesús, por esa muerte en la cruz, enviará un soplo fatal, un soplo a la   cabeza, contra el enemigo. El   resultado de la batalla nunca estuvo en duda. Anuló el acta de los decretos   que había contra nosotros, los clavó en la cruz. Despojó a los principados y   a las potestades y los exhibió públicamente. Jesucristo derrotó a Satanás. Se   siempre consiente, la batalla es real. Nosotros ignoramos la batalla y al   enemigo de nuestro propio peligro.
 

    El Dr. Haddon Robinson describe este ataque: cuando Satanás viene a ti, no   viene en forma de una serpiente. Él no se acerca con el rugir de un león. Él   no viene con el sonido de una sirena. Él no viene moviendo una bandera roja.   Satán, simplemente se escurre en tu vida. Cuando aparece, lo hace casi como   una compañía confortable. No hay nada sobre él que tú temerías. El Nuevo   Testamento advierte, que él se viste como un ángel de luz… Un punto parece   bastante claro: cuando el enemigo ataca, viste un disfraz.
 

    Con Mefistófeles dice en Fausto, «la gente no sabe que el enemigo está allí aun cuando lo   tenga por la garganta. Él no susurró a   Eva, él está aquí para tentarte». Él no viene y golpea la puerta de tu alma y   dice, «Discúlpame amigo, me permites una media hora de tu vida. Me gustaría   dañarte y destruirte». Satanás se escurre. Se desliza. Él viene para engañar,   acusar, tentar y condenar. ¡No lo escuches! Reconoce sus esquemas. Resiste su   ataque. Pelea la batalla en la fortaleza de Cristo.