«Versículos Determinantes Para Tu Vida Y La Humanidad»Muestra

 «Trágico   monumento de orgullo y temor»
 

    La torre de Babel, se estableció en nuestra memoria como un trágico   monumento de orgullo y temor. La gente se unió con un propósito, construir   una inmensa torre que alcanzara los cielos, así podían hacerse nombre, por sí   mismos, por sus propios esfuerzos y capacidades. Desarrollaron una nueva   forma de construcción, hicieron los ladrillos cocidos a fuego. Los usarían en   lugar de piedra. De igual manera con el asfalto en lugar de mezcla. Eran   capaces, inteligentes, creativos, tenían ingenio. ¿Pero, cómo lo   usaron?
 

    Su orgullo se manifiesta en su independencia de Dios, su auto confianza,   sus deseos de fama y reconocimiento por sus logros. Serían los únicos en   construir una ciudad con una torre de esa magnitud. Pero su miedo se ve en la   construcción de la torre, pues querían hacerse un nombre para que no fueran   dispersados en la tierra. En lugar de confiar en un Dios amoroso que los   protegiera, dieron lugar al miedo y confiaron en sus propios esfuerzos solo   por sentir seguridad a su manera. Cuando Dios vio que habían empezado tan   magna obra, entendió lo que pretendían.
 

    La respuesta de Dios es decisiva. Él confundió su idioma, y los dispersó   por toda la tierra. El potencial de rebelión y maldad, era simplemente   demasiado grande si permanecían juntos. El tono de la respuesta de Dios no es de un rival celoso, sino de un   padre preocupado. Por su seguridad, por su bien, Dios tomó medidas radicales.   Él hace lo mismo por ti también.
 

    En Babel, la gente emprendió para hacer su nombre por sí mismos. Pero Dios   es capaz de humillar fácilmente a aquellos que se exaltan a sí mismos.   Nuestro llamado es nunca hacer un nombre, pero exaltar un nombre. Ese nombre   es Jesús. Esa es tu misión: exaltar a Jesús. Miente menos y exalta a   Jesucristo. Tu vida está en función de manifestar a Cristo. Que Él sea leído   en ti, y no tus ideas, tus anhelos… Las ideas, los anhelos, los planes; y   todo dentro del propósito que debe prevalecer, el de Cristo, en la gracia que   nos fue dada en Cristo, antes de los tiempos.