«La Elección Para Toda La Vida»Muestra

     «¿Cómo lo hiciste?»
 

    Al pensar en el tema del deber, quiero dirigir tu atención hacia alguien que halló el bien. Se llamó Isaac y podemos aprender mucho de él. ¿Cómo lo hizo? Si le preguntáramos, «Isaac, ¿cómo lo hiciste?», lo más probable es que   nos responda, «Lo hice por medio de la oración». Isaac halló a su esposa estando diligentemente consagrado a Dios en oración. Su corazón se ponía a tono con la voluntad de Dios a medida que oraba.
 

    ¿Estás haciendo esta clase de oración ferviente: Dios, afina mi corazón,   transforma mi sistema de valores, ayúdame a concentrarme en lo que es   correcto? En el caso de Isaac, también   observé que no sólo dependía de Dios, sino que también confiaba en el   liderazgo espiritual. ¿Sabías que, quien eligió su esposa fue el siervo de su   padre? Este es un concepto extraño dentro de nuestra sociedad y no es algo   que sugiero que adoptemos pero, ¿estás dispuesto a permitir que un amigo de   tu padre, te elija la esposa? ¡Dudo que alguien confíe en otro hasta tal   punto!
 

    Dependencia del liderazgo espiritual, el siervo de Abraham dependió de la   guía de Dios para encontrar la esposa correcta para Isaac. Este es un buen   principio para seguir. Busca a un líder espiritual a quien conozcas   suficientemente bien, como para preguntarle qué opina.
 

    No optes por la soberbia y mundana actitud, al decir: «¡Qué me importa lo   que digan los demás! Allí está, consíganmela». Recuerda lo que le pasó a   Sansón cuando adoptó esta actitud. En realidad, se metió en un gran problema   porque no prestó atención al liderazgo espiritual. Isaac, por el contrario,   escuchó atentamente y esperó en Dios. ¡No te apresures! Hay algunos jóvenes,   un poco mayores ya, que se comportan como si la cadena de ensamblaje se fuera   a detener y no quedara nadie para ellos. Piensan: «Si no consigo una esposa o   un esposo ahora, entonces me voy a quedar sin nada».
 

    Jack Wyrtzen, el fundador de Palabra de Vida, dijo muchas veces: «La   bendición a solas, es mejor que la maldición de a dos». ¡Espera en Dios!   Quizá te parezca un pensamiento demasiado celestial, pero Dios sabe que   tienes necesidad de una pareja. Él no es sádico ni ascético. Su horario es el   mejor. ¡Espera en Dios!