Tráigalos de Regreso: Devociones de Tiempo de Gracia Muestra

Es Mi Propia Familia: Es mi esposo Debe ser muy difícil tener un esposo incrédulo, tener que orar sola, ir sola a la iglesia, leer la Biblia sola y no recibir ningún apoyo espiritual. Debe ser muy difícil sentirse como una viuda o una divorciada en la iglesia. Y la situación puede llegar a ser peor cuando el esposo fue en otra época un creyente activo pero después se apartó. ¿Es esa su vida? No se rinda, quizás solo tenga que cambiar de estrategia. No todo el testimonio de su fe es verbal; a veces, el esposo que se ha apartado conoce todas las palabras, pero sencillamente no las puede creer. Ahí es donde entra el testimonio no verbal: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa” (1 Pedro 3:1,2). Al amor declarado se lo puede llevar el viento; el amor demostrado es mucho más poderoso. Cualquier hombre que se sienta despreciado por su esposa morirá por dentro y se apartará de ella; un hombre que ha rechazado las creencias de su esposa pero aun así se siente respetado y apoyado, puede ser movido a cambiar de opinión.