Esperanza en Medio De La IncertidumbreSample

Confiando en el poder del nombre de Jesús

Mi año nuevo comenzó con visita al hospital, nevadas devastadoras y confinamiento perimetral. Lo que estamos viviendo estos últimos meses ya no se puede definir como incertidumbre, creo que estamos llegando al nivel del caos. Imprevisto tras imprevisto, debemos mantener nuestras expectativas vigiladas, ya que cualquier cosa que deseemos mucho, puede ser cancelado sin previo aviso y enterrado bajo la nieve. El otro día hablando con mi vecina me dijo, “el lunes que viene nos toca plaga de langostas”. Me reí, pero ¿Y si fuera cierto? ¿Te imaginas? O, ¿Y si viene algo peor?

La Biblia no nos promete en ninguno de sus libros que iremos saltando de arco iris en arco iris hasta que Jesús venga. Al contrario, lee Mateo 24 si quieres ver lo que predice Jesús acerca de la Tierra y el fin. 

Ante el caos, ante la tristeza, ante la depresión, la ansiedad, la enfermedad o la incertidumbre tenemos un remedio que será nuestra salvación, en la Tierra y también en el cielo: el precioso nombre de Jesús. Su nombre es más alto que cualquier otro nombre, “Rey de Reyes y Señor de Señores.” Hay autoridad divina. Hay enfermos sanados, endemoniados liberados, muertos resucitados, hambrientos saciados, pobres ricos, pecadores transformados, oprimidos que sienten paz en su interior, estresados que cantan alabanzas durante el día, deprimidos que han encontrado su esperanza en Cristo, perseguidos que no temen predicar el evangelio.

Su nombre tiene poder. Pero no el poder que tiene Harry Potter en su varita mágica. No, este poder viene del Padre, del Dios Todopoderoso. Es más grande, más fuerte, más increíble de lo que podemos imaginar. En su nombre se han levantado muertos y se han sanado enfermos. En su nombre oro todos los días y sé que el me escucha y contesta mis oraciones. 

Filipenses 2:9-11 dice:

"Por eso Dios también lo exaltó sobre todas las cosas y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."

Un día, tus rodillas y las mías, y las de todas las personas que conocemos, se doblarán ante Jesús. Un día todos confesaremos el nombre de Jesús y le alabaremos. Porque Dios le ha dado un nombre que es sobre todo nombre. 

Empieza hoy a adorarlo. Empieza hoy a proclamarlo. Empieza hoy a confesar que Jesús es el Señor. Aunque las circunstancias a tu alrededor no sean las mejores. Aunque parezca que mañana toca plaga de langostas, proclama e invoca su nombre, porque hay gran poder en él.