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Liberándote de la PornografíaSample

Liberándote de la Pornografía

DAY 1 OF 30

¡Enhorabuena por emprender esta batalla!

Yo no te conozco personalmente, pero puedo hacerme una idea de por lo que estás pasando. Amas a Dios y quieres servirle, pero te sientes viviendo una doble vida. Hace algunos años, por un amigo, un familiar, una coincidencia o simplemente curiosidad entraste a ver pornografía y desde entonces te has sentido atrapado por ella. Si este es tu caso, quiero que sepas que no eres el único. Es más, en tu iglesia hay otros que están pasando por lo mismo. La pornografía genera adicción. Te quita la libertad y te atrapa. Y cada vez que te sientes solo, triste, agobiado o estresado, aburrido, cuando tienes un problema… tu cerebro te dice que consumir te ayudará. Pero lo haces y después te sientes terriblemente mal.

¡Pues vamos a enfrentarnos a ello!

Hoy comienza tu camino de liberación. No va a ser fácil, es posible que tengas caídas, pero Dios quiere sanarte y liberarte. Puede que ya lo hayas intentado y sientes que has fracasado, pero no te rindas, cada intento te acerca más a la libertad. Da todo de ti mismo, pon en Él tu confianza y con su gracia verás tus fuerzas multiplicadas. Porque lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Él puede y quiere hacerte libre, pero necesita que pongas todo de tu parte.

Hoy te invito a que comiences despidiéndote de la pornografía.

No sé qué te ha llevado a querer dejarla (te afecta en tus relaciones, en la forma de ver a los demás, te quita libertad, te avergüenza, empeora tu autoestima, hace mal a las personas que son parte de la industria…). Ten todo esto presente y, si no tienes claro el por qué no te hace bien, infórmate de las consecuencias de su consumo para que lo tengas claro.

Cuando tengas claro por qué y para qué lo quieres dejar, tu primera tarea será escribirle a la pornografía una carta de despedida. Como si estuvieras rompiendo una relación. Pon por escrito por qué recurrías a ella. Quizá quieras recordar cómo empezaste, cómo fue vuestra relación y, sobre todo, cuéntale por qué y para qué la dejas. Da razones convincentes porque, cuando te veas débil, podrás volver a leer tu carta.

Puedes escribirla en el móvil, aunque yo te recomiendo que lo hagas en papel. Si tienes una libreta de oración puedes dejarla ahí guardada. Si tus momentos débiles son en cama guárdala en la mesilla de noche. Sea como fuere, tenla a mano y, cuando te veas tentado, léela.

Para terminar, te invito a leer Marcos 8,22-33. En este texto se ve como Jesús sana a un ciego, pero no queda del todo sanado la primera vez. Dios sana, pero en ocasiones es un proceso. Después leer el texto, escribe la carta y entrégale a Dios tu lucha para que él sea quien te guíe.

Dios te bendiga, oro por ti.

Scripture

Day 2