El Tamaño De La FeSample
Aunque sea imposible
En ocasiones Jesús probaba a los discípulos para verles reaccionar ante alguna u otra situación. Ese es el caso cuando, estando en un lugar apartado y desierto, le hizo a Felipe una pregunta inesperada. ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? A la verdad que era una pregunta extraña, porque como le contestó Felipe, “Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco" (Jn. 6:7).
Bueno, allí estaban ellos, mirándose unos a otros totalmente desconcertados, ante la imposibilidad de dar de comer a tanta gente. No había un lugar cerca donde comprar y mucho menos tenían el dinero que se necesitaba para alimentar a los que llevaban largo rato escuchando a Jesús.
Tal vez sintiéndose un poco abochornado y quizá sin atreverse a mirarle a los ojos, Andrés le dijo a Jesús: “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos?”. Así que, en la misma oración, le hizo ver a Jesús que sabía que lo que estaba presentando como una posible solución realmente era una imposibilidad.
Pero Jesús, no desechó aquella provisión tan insignificante, sino que se valió de ella para alimentar a mucho más de cinco mil personas. De manera que debemos preguntarnos cuál es la lección para nosotros. ¿Qué aprendemos de esta experiencia dramática y milagrosa que vivieron los discípulos? Pensemos en porqué a veces, nuestra fe se debilita cuando nos encontramos ante situaciones a las que, humanamente, no le vemos ninguna solución o salida.
Todos los imposibles, todos, hayan la más grande posibilidad en las manos de nuestro Dios Todopoderoso. El mar se abre, el sol se detiene, el pan del cielo cae, la estéril concibe, el mudo habla, el paralítico camina. Pero más, muchísimo más ocurre cuando llegamos donde Jesús con lo poquísimo que tenemos, o lo que no tenemos confiando en que Él lo transformará, lo multiplicará, lo usará para su gloria.
Cuando el Señor dice: “He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?”, ciertamente está llevándonos a responder, no Señor, no hay nada difícil para ti. Saberlo es descansar, es confiar en que lo que el Señor quiere lo hace en el cielo y en la tierra.
A veces nos presentamos ante el Señor con una fe que llega hasta lo que nosotros entendemos que es posible. ¿Qué hacemos cuando eso por lo que estamos orando trasciende el límite de las posibilidades para llegar al campo de lo imposible? Se nos hace más cuesta arriba creer, ¿verdad? Es que nos estamos fijando más en la multitud hambrienta, en los cinco panes y los dos peces y no en el Señor Jesucristo que los toma en sus manos y los multiplica.
El Señor nos ayude a recordar y a creer que: “Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios” (Lc. 18:27).
Esa verdad nos ayude a vivir confiados, descansados en su poder y en su magnificencia.
Scripture
About this Plan
En el escenario de la vida cristiana escuchamos hablar de los gigantes de la fe que vieron grandes portentos y milagros divinos. Ante ellos pareciera que nuestra fe es mucho más pequeña que un grano de mostaza. Tal comparación puede llevarnos a la frustración. En este plan veremos que más importante que el tamaño de la fe, es la fe que descansa en el poder del Todopoderoso.
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