En Nuestro Lugar: Devociones Cuaresmales de Tiempo de GraciaMuestra

¡Anímate!

El increíble período de ocho días desde el Domingo de Ramos hasta la Pascua se conoce normalmente como la Semana Santa. Fue la mayor obra de salvación de Dios que se haya visto jamás en nuestro planeta, sobrepasando incluso a la propia creación. Abarca nada más y nada menos que la más poderosa victoria de nuestro Salvador sobre los enemigos más mortíferos de la humanidad: el pecado, Satanás, la muerte, el juicio y el infierno.

Sin embargo, en la mayor parte de esa semana, los discípulos de Jesús estaban bajo una gran presión. Muchísimas de las cosas que Jesús les había dicho parecían no tener mucho sentido en aquellos momentos, y lo que conseguían entender, no era precisamente lo que a ellos les gustaría escuchar. El jueves de aquella maravillosa semana, todos estaban celebrando la comida de la Pascua judía con Jesús. Más tarde probarían por primera vez la comida de la Comunión y recibirían el cuerpo y la sangre a través del pan y el vino. Jesús limpió sus pies llenos de polvo, UNO A UNO, como una demostración poderosa de lo que es un siervo-líder.

Normalmente esas horas de la tarde eran el mejor momento para tener las largas sesiones de enseñanza del Maestro. Fue un avance que daría que pensar sobre la guerra y adversidades que les esperaba y que también les espera a cualquiera que abiertamente quiera servir al Señor y a su Reino. Pero, también, fue una proclamación calmada y serena sobre la victoria final de todos aquellos que estaban conjuntamente en la fe con Jesús. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción. ¡Pero confiad! Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

Aquí encontramos esperanza para todos los creyentes que gimen y están asustados. La Biblia dice que nuestras vidas las guarda Cristo. Externamente, puede parecer que estamos perdidos. Pero eso es sólo un engaño. La realidad es que nuestras vidas, nuestras esperanzas, nuestras relaciones están en las poderosas manos de Cristo. Cuando veas que en tu vida todo lo que hay son problemas, ¡ANÍMATE! Cristo ha vencido. Él venció; tú has vencido. Comienza a respirar de nuevo.