Dios Te AmaMuestra

Derogación del Antiguo Pacto e introducción del Nuevo Pacto

EL AYUNO EN EL NUEVO PACTO

IDEAS BÁSICAS

• El ayuno, en el Nuevo Pacto traído por Jesús, es diferente del del Antiguo Pacto, traído a través de Moisés. Ya no es un acto público, sino un acto misterioso, del corazón que se acerca a Dios.
• El propósito del ayuno ya no tiene que ver con obtener bendiciones externas y terrenales de Dios, sino que es una cercanía a Él para comprender mejor Su voluntad y guía.
• En ausencia de la presencia y guía del Espíritu Santo, el ayuno es simplemente un gesto religioso de practicar la voluntad humana. Es por eso que Jesús no insistió en que sus discípulos debían postular, afirmando que aún no es el tiempo de ayuno para ellos.
• En el Nuevo Pacto, cuando ayunamos, desviamos nuestra atención de cualquier otra búsqueda legítima que pueda distraer nuestra atención espiritual, tomando un tiempo para enfocar nuestra atención exclusivamente en Dios, fortaleciendo así la relación Padre-Hijo. Al celebrar en la presencia del Padre, podemos beneficiarnos de una comprensión más clara de Su corazón y de Su voluntad con respecto a nosotros.

Según las reglas del Antiguo Pacto, el ayuno era un acto público de humildad, y los que ayunaban eran conocidos por los que los rodeaban por ciertos aspectos externos (ropa, gestos, etc.). Las personas religiosas de la época de Jesús, apelando a esta forma de humildad pública, tuvieron cuidado de notar tantos como fuera posible su ayuno y, por lo tanto, se enorgullecían de ser muy espirituales. En el Nuevo Pacto, Jesús introduce discreción sobre el ayuno. El ayuno es la búsqueda de Dios con humildad en el misterio del corazón, y la recompensa es establecida por Dios, dependiendo de la honestidad y sinceridad con que se lleve el ayuno. Jesús tampoco alienta el ayuno con el propósito de obtener cosas terrenales o para cambiar los planes de Dios, como lo fue en el Antiguo Pacto, traído por Moisés al pueblo de Israel. Por el contrario, el cristiano, a través del ayuno, concede su corazón a la voluntad de Dios para él. También debemos notar que el ayuno de una persona que no nació de arriba y por lo tanto no se beneficia de la presencia y guía del Espíritu Santo tiene efectos espirituales mínimos. Es sólo un ejercicio religioso de voluntad. Cada cristiano debe estudiar cuidadosamente las enseñanzas de Jesús en el Nuevo Testamento para asegurarse de que lo que está haciendo es bien recibido ante Dios, no sólo apreciado por los que lo rodean. ¿Para qué nos usaría tal cosa?