Pureza intelectual Muestra

Apaga las llamas de la fantasía 

«Las Cartas de Screwtape», es un libro cristiano clásico, de ficción escrito por C. S. Lewis. La historia consiste en una serie de cartas entre dos demonios, Screwtape y su joven sobrino Wormwood. A lo largo de la historia, se ve al espíritu malo adulto que aconseja al joven aprendiz en cuanto a cómo hacer para desviar a la humanidad, para lo cual declara: 

«El verdadero uso de la infernal Venus, el personaje que se enfoca en la belleza y la atracción física, es sin dudas, la imagen de una prostituta. Pero si tu hombre es un creyente que ha sido bien entrenado en el estúpido concepto del “amor” irresistible y que perdona todo, a menudo lo puedes inducir a que se case con ella». 

C. S. Lewis muestra con mucha habilidad los peligros que existen dando libertad a la imaginación, llegando a la conclusión que aun el creyente se vuelve vulnerable en la tentación, si ha permitido que las llamas de la fantasía envuelvan su mente. Salomón escribió en cuanto a este tema: «¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan?» 

Esta es una pregunta retórica asombrosa y vemos que, obviamente, nadie puede evitar quemarse si lo rodea el fuego. No obstante, hay muchos creyentes, que luchan por mantener sus pensamientos puros, mientras las llamas de la fantasía arden con toda su fuerza alrededor. Si somos honestos, tenemos que admitir que, en el día de hoy, esta batalla se da principalmente en el área específica de la pornografía a través de internet y de los videos. Esta práctica afecta a demasiadas personas dentro de la iglesia. Es lamentable, que muchos justifiquen este pecado diciendo que, en realidad, no es tan grave, ya que «todos lo hacen».  

Erwin Lutzer, acerca de los 12 mitos que creen los norteamericanos, declaró: «Aun antes de conocerse el informe dado por el Procurador General, un estudio realizado por el gobierno, halló evidencias de que la pornografía puede conducir al crimen. El informe de la minoría dado por la «Comisión Presidencial sobre Obscenidad y Pornografía», citó veintiséis casos en todo el país en los cuales el hecho de estar envueltos en la pornografía precedió a graves crímenes sexuales, admitieron en muchos casos, los mismos que perpetraron los hechos, haber llevado a cabo una representación de la pornografía que poco tiempo antes habían estado asimilando.