Betsabé, ejemplo de madre virtuosaMuestra

¿Qué clase de mujer quieres para tu hijo?

La sabiduría no viene mágicamente a la persona. La Biblia describe a Salomón, como uno de los hombres más sabios y más ricos de la época. Cuando Salomón pidió algo a Dios, pidió sabiduría, ¿de quién cree que aprendió eso? De su madre. «No quiero oro ni plata, quiero sabiduría». Siendo muy sabio produjo riquezas. Aprendió sabiduría e instrucciones del padre y de la madre; entendió muchas cosas de las que su madre le decía. Vemos algunos consejos de Betsabé en los primeros capítulos del libro de Proverbios, hijo mío si los malos vienen a ti, hijo mío si la mujer extraña, hijo mío si aceptas mis palabras… La mamá marcó al futuro rey. 

El libro de Proverbios, está organizado de la siguiente manera: del capítulo 1 al 9 son los consejos de la mamá al hijo pequeño. Del 10 al 29 son proverbios que escribe Salomón para los lectores, el 30 son proverbios de Agur; y el 31, son características que el hijo vio en su mamá. Lemuel escribe cosas de su mamá, que son cosas de admirar. 

Vemos al inicio del capítulo 31, las palabras de Lemuel, de los dichos que su mamá le enseñó. Desde el versículo 10, la mamá dice a su hijo qué clase de mujer debe buscar. Le hizo ver que aunque ella cometió errores, entendió a tiempo y comenzó a ser sabia. 

Una mujer virtuosa es luchadora, pelea, no se da por vencida, mujer determinada a ganar, guerrera, que le hecha ganas; ese tipo de mujer tienes que buscar. Es como buscar una perla, que se producen dentro de una ostra en el mar, tienes que abrir muchas; y, de repente, sale la perla. Hay muchas mujeres afuera, muchas opciones, pero pocas llevan la perla, pocas son sabias. No es la primera que encuentras: ¡papi, es que está buenísima! Pero no porque está buenísima es la que lleva una perla. Mamá, hay que enseñarle: mira hijo, esa con la que saliste ayer es pura ostra sin perla. Es necesario hablar con nuestros hijos. El que ama, disciplina e instruye a los hijos a encontrar la mujer perfecta. 

Hay madres, que consideran que ellas no tienen la perla adentro. Pero, recuerda que las cosas que no van de acuerdo a la Palabra y están dentro de ti, deben salir. Todos estamos bajo construcción, estamos cambiando, nos estamos edificando.