Beneficios del conocimiento divinoMuestra

El conocimiento trae fruto

El Señor nos hace renacer a una naturaleza divina, para que la semilla crezca en un ambiente adecuado. Por eso, los que nacen de nuevo, entran al reino de Dios, a su naturaleza. Esa semilla no solo crece, también germina y se reproduce.

Algunos no hacen que la semilla se reproduzca, porque la exponen a un ambiente incorrecto. La semilla no muere, ella tiene el poder inherente de la vida, y va a crecer, germinar y reproducir, cuando sea sembrada en el terreno correcto. Al entender el Reino, no como un lugar donde voy a ir, sino como un ámbito de vida al que ya entré, entonces lo que Dios me dio, va a crecer. El crecimiento es un proceso natural de la vida. Somos nacidos en Cristo, para que en el Reino, su forma de realeza se exprese.

Veamos 2 aspectos más de la necesidad de creer y crecer en el conocimiento de Dios.

5. Capacitar, para ser fructífero en el Reino. La segunda carta del apóstol Pedro dice: Si estas cosas están en ustedes y abundan, no les dejarán ser ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de Jesucristo. 

Cundo crecemos en el conocimiento práctico, nuestra vida fructifica. Dios le dijo a Adán que iba a fructificar. Dios nos eligió para que llevemos fruto y permanezca. Por creación y elección soy fructífero. Dios me hizo para ser productivo, entiendo las cosas que me son dadas por el diseño de productividad, y tengo el llamado a fructificar. 

Debemos determinar ser productores en el Reino de Cristo, y no consumidores de la religión Cristiana. En la religión Cristiana te vas a desgastar la vida siendo un consumidor de lo que ella tiene, de su programa, estructura y organización. Si eres consciente de que naciste para entrar en el Reino, tu mentalidad será la de un emprendedor productivo, que en su vida expresa el fruto que tiene. Tus grados de productividad van en aumento. 

6. Entender el perdón recibido. Pero el que no tiene estas cosas es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus pecados, carente de visión, con miopía espiritual, no tiene claridad del norte de su vida, es ciego, tiene alzheimer, la anemia espiritual lo gobierna; esto se da cuando la ignorancia opera. 

Cuando tengo conocimiento, tengo visión, dirección y certeza, porque la mente de Cristo se desarrolla en mí. Nadie te puede quitar aquello que Dios te entregó, porque ya no esperas una promesa, pues recibiste la herencia. Podrán discutir las doctrinas que profesas, pero no la vivencia que tienes en Cristo Jesús.