Beneficios del conocimiento divinoMuestra

El conocimiento produce adoración

En Juan capítulo 9, cuando Jesús vio al ciego, le dijo: ¡ve al estanque y lávate!, él escuchó la dirección del Señor sin cuestionar, y en obediencia fue. Cuando regreso con su vista recuperada, las personas preguntaban: ¿Qué pasó contigo?, a lo que él respondió: un hombre llamado Jesús. Él solo conocía a un hombre que había hablado una palabra, pero fue suficiente para tener la vivencia de Jesús. El ciego les dijo: si Jesús no fuera enviado de Dios, no podría hacer estas obras; él ahora tenía, vista y visión, ve la realidad de Cristo, y reconoce que es el Mesías. Después es expulsado de la sinagoga. Los religiosos tenían la ley, más no el entendimiento, y por más que intentaron, no pudieron robarle la certeza que él tenía, porque había experimentado lo conocido.

Las personas siempre van atacar y rechazar, con tradiciones y argumentos religiosos tus declaraciones, pero lo que declaras, no es un credo que aprendiste, sino una verdad que se provoca en la experiencia, y en ella crees.

Al día siguiente Jesús encuentra a este hombre, y le dice: ¿crees en el Hijo de Dios?, Jesús no preguntó nada más, ni fue a buscarlo con lastima. Los padres y la religión te podrán dejar, pero El que te llamó y eligió, siempre estará contigo. Con la convicción de Cristo en tu vida, superarás los traumas.

El hombre responde a Jesús: ¿Quién es Señor? No dijo, Mesías, Profeta o Jesús, ahora lo llama Señor; término que se daba al Dios soberano o al Cesar romano, a nadie más se acreditaba de esa manera. Este hombre se refería a que Jesús podría ser un Cesar romano, o el soberano del cielo y la Tierra. Jesús le respondió: el que habla contigo es. Cuando este hombre ve a Jesús, no con su vista física, sino en el espíritu, Cristo se revela a su vida, el Yo Soy, el Eterno Señor. Después se postra y adora, él era judío de nacimiento, por cultura sabía que no podía doblar rodilla a ningún hombre, deidad humana, estatua o imagen, porque ellos solo se postraban ante Jehová Dios, con este acto estaba reconociéndole como el Dios Eterno. El nivel de adoración, crece de acuerdo al nivel de revelación. 

Este hombre sabía a quién adoraba, académicamente no tenía lo escrito en la ley como los fariseos, pero su espíritu tenía la vivencia. Había experimentado lo que oyó, ahora venía con la certeza de que Jesús no era solo un hombre o profeta, sino que el Mesías, el Señor de Señores y el Dios encarnado. 

Debemos llegar al conocimiento, para que cuando adoremos, sea por el reconocimiento de lo que Él es, y de lo que yo soy en Él, y no basado en los favores que me da.