Efectividad en la administración del reinoMuestra

Constituidos ministros competentes

Ministros competentes, esa es la constitución legal que se nos acredita por la obra de la cruz. Un competente es alguien experto, entendido, diestro, efectivo y profesional. Vemos cómo el Espíritu Santo capacita a los hijos de Dios, para que, en las distintas expresiones de la vida, den a conocer aquello que conocen. Cuando Cristo es revelado y conocido en nuestra vida entonces tendrá que ser impartido y cada lugar debe ser lleno del conocimiento de Él. 

Dios nos puso en distintos lugares, porque cada territorio donde operamos es una asignación de Dios (familia, trabajo, vecindario); en cualquier ámbito de la vida donde estés, debe haber presencia del Cristo que nos habita. Dios se hace presente en ese escenario a través de los hijos, porque todos los que portan su gloria están capacitados para manifestarla. 

Cuando hay una presencia notoria de un hijo de Dios, habrá una influencia, porque es evidente que la calidad de vida que portas en Cristo, otros la tienen que percibir. Es la influencia de la vida que irradia en aquellos que la poseen, entonces genera esa atracción y expresión de cambio. Dicha influencia, provoca que otros puedan conocer aquello que conoces. Cuando se manifiesta lo que está en nosotros, habrá una trascendencia, presencia e influencia. Resultado inevitable de cada hijo de Dios, donde estés eres olor de vida en Cristo Jesús. El tiempo, talento y tesoro, son los elementos que Dios nos da, para que podamos ser la expresión de su gloria en cada lugar. 

En la primera carta a los corintios, capítulo 9 se expresa el dar como una expresión natural de generosidad, es producto de la manifestación de lo que soy, basado de aquello que porto y participante de la naturaleza divina. Recibimos del Padre su genética, su ADN. Los rasgos característicos de nuestro Padre incluyen que es dador por esencia, Él solo sabe dar. Toda la creación es una expresión de dar. Como somos participantes de su naturaleza, dar nunca podrá ser una imposición que alguien nos exige, sino una expresión de aquello que en realidad somos. 

El apóstol Pablo plantea en sus epístolas que, en la economía del nuevo pacto, el dar no se limita por un porcentaje. La ley regulaba el principio de dar basado en diezmos, pero Pablo enseña precisamente que cuando hay una actitud de gozo, generosidad y gratitud, damos con un principio de honra. En la ley, dar era más una exigencia, se daba para que se cumpliera. 

Si desea ver el sermón completo sobre el cual se basó este devocional, lo invitamos a seguir este enlace  https://www.youtube.com/watch?v=1q1I7U741dc