Efectividad en la administración del reinoMuestra

¿Qué determina mi generosidad?

El orden que se plantea en el nuevo pacto, es el sacerdocio según Melquisedec, en quien vemos un principio de honra. Abraham no dio a Melquisedec porque se le pidió, sino debido a que reconoció quién estaba frente al sacerdote del Dios altísimo y lo que impartía. Cuando Melquisedec se presenta ante Abraham dijo: bendito sea Abram del Dios Altísimo que derrotó sus enemigos; y luego partió el pan y el vino, reconociendo quién estaba frente a él, una respuesta sin exigencia. Por honra, Abram da el diezmo a Melquisedec. 

El principio es cuando sabemos: ¿Cómo? y ¿Por qué? No medimos: ¿cuánto? Cuando sabemos: a quién y por qué lo hago, la cantidad o el porcentaje no va a determinar hacerlo, sino el hecho de que exista un reconocimiento. 

Cuando miramos en la Escritura, vemos que hay una dimensión más amplia, algunos piensan: «Como el diezmo es de la ley, entonces en el nuevo pacto no se debe diezmar». Te diría que sí y no. Sí es cierto que el diezmo es de la ley, lo que el nuevo pacto apunta es a la abundancia de gracia, eso hemos recibido y por lo cual respondemos. Mi dádiva y generosidad tienen que sobrepasar la ley, porque Jesús dijo a los fariseos: ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís, el comino. Pero… Si su justicia no sobrepasa esto, entonces no han entendido la operación de la gracia. 

Un verdadero hijo de Dios que posee la naturaleza divina, no piensa que la ley fue eliminada como una excusa para no dar, ¡al contrario! Si es cierto que no hay una exigencia, en su lugar, habrá una respuesta de generosidad. El diezmo debería ser la base mínima donde se conoce la generosidad, porque es el hecho por el cual respondo al Señor, basado en lo que conozco, y con gratitud doy, porque recibo mucho más de Él. 

Pablo enriquece sus epístolas con muchas pinceladas sobre la expresión de la generosidad y apela a un acto de honra y una actitud de reconocimiento, precisamente pone como ejemplo a los filipenses, a los macedonios y en la carta a los romanos describe algunos que han dado a él, para el desarrollo de su tarea.

Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia. Si miras el contexto, Pablo pone como la expresión de la gracia de dar, la dádiva de los macedonios.