[Serie ¡Qué dicha!] Compasivos y sin juzgar a nadieMuestra
¡Eso es compasión!
Reconocer los propios errores requiere valentía y perdonar los errores de los demás es la invitación de Jesús. Jesús dice que si perdonamos a otros el mal que nos hayan hecho, su Padre nos perdonará; pero si no perdonamos a otros, tampoco su Padre perdonará nuestros pecados.
En todas las familias, las personas se disgustan entre sí, se molestan unos a otros, se hieren mutuamente. Es muy importante aprender a pedir perdón, pero también es importante aprender a perdonar a los demás, incluso cuando nos han herido. ¡Eso es compasión!
Soportarse unos a otros, y perdonarse mutuamente es un principio de vida que debemos incorporar. ¿Por qué debemos perdonar? Porque él nos perdonó primero. Este principio de vida, necesita estar presente en las familias. Vivir el perdón entre esposos, vivir el perdón entre hermanos, vivir el perdón entre todos, y glorificar a Dios con nuestras vidas.
La amargura no debe tener cabida en nuestras vidas. Las actitudes equivocadas de envidia, celos, pleitos sin resolver producen amargura. Estas actitudes equivocadas afectan la vida personal y la familia. En muchas ocasiones guardamos amargura en las familias, dolor profundo por lo que se vivió hace tiempo atrás. Esas amarguras traen enojos, gritos, insultos y maltratos, cuando la familia permite que entre todo esto, de pronto se encuentran distanciados, no se hablan y se alejan. Pero si conscientemente trabajamos para que esto no esté presente en medio de la familia, sino que sean buenos, compasivos, perdonadores y pidiendo perdón. Familias transformadas por Cristo.
El Señor quiere que discutamos este asunto. Aunque nuestros pecados sean terribles, él los deja blancos; porque se trata de lo que él hace, no de qué tan desagradable y malo sea mi pecado. Dios siempre va más allá de lo que podemos imaginar. Él nos limpia, él nos perdona.
En Cristo, gracias a la sangre que derramó, tenemos el perdón de pecados. Pues Dios ha hecho desbordar sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos toda sabiduría y entendimiento. Dios es tan abundante y generoso que no solo nos liberó del pecado y nos perdonó, sino que nos ha dado sabiduría y entendimiento abundante, cómo no agradecerle por tanta bondad a nuestro favor. Cómo no vivir en amor como él espera que hagamos.
Para reflexionar
¿Realmente perdono cuando me ofenden, o llevo una cuenta secreta? ¿Soporto a los demás en mi familia? ¿Soy bueno y compasivo con los demás?
Acerca de este Plan
Este plan devocional es parte de la serie ¡Qué dicha!, de la American Bible Society, que se enfoca en el estudio de las bienaventuranzas, parte importante del Sermón del Monte; con un enfoque práctico y vivencial para la persona y la familia. Este plan abarca las bienaventuranzas: misericordiosos y corazón limpio. Veremos una dimensión diferente de cómo ser dichosos en él.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.americanbible.org