Ir Hacer Decir Dar: La Libertad de Rendirse a JesúsMuestra

Daré lo que Tú quieras que Dé 

Dios amó tanto al mundo que dio a Su único Hijo para nuestra salvación. Dar está justo en el núcleo del corazón de Dios para Su gente. El amor de Dios está tan relacionado con el dar que sería imposible pensar en uno sin el otro. Seguir a Jesús nos traerá a lugares de dar que nunca habíamos experimentado.

Jesús estaba muy consciente del poder magnético del dinero y dejó un mensaje radical para nosotros: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24). La búsqueda de dinero es una fuerza poderosa dentro de nosotros y puede detenernos de seguir a Dios con todo.

¿Cómo superamos una atracción tan fuerte? Esto viene al dar, y como otros aspectos de esta oración, es en última instancia un problema del corazón. Nunca se nos dice que tener dinero es en sí malo. Es el amor al dinero el que es el problema, pero todo lo que tenemos es en realidad Suyo. Se nos ha dado un manejo limitado de los bienes de Su reino para invertir en aquellas cosas que honran Su nombre. Así que nada de lo que tengo es en realidad mío para hacer lo que me plazca.

Una de las lecciones para Israel mientras deambulaban por el desierto por cuarenta años, fue que Dios era firme en su promesa de proveer el pan diario del cielo. Jesús nos pidió orar por nuestro pan diario. Dios observa y cuida a Su gente. Él quiere que experimentemos su provisión amorosa cada día de nuestras vidas. Esta experiencia nos ayudará a dar con gozo a Él y a otros lo que Él quiere que demos -no sólo nuestro dinero, sino nuestras vidas.

Romanos 12:1 dice que “presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”. La imagen viene del antiguo sistema de sacrificios del Antiguo Testamento. Debemos entregar nuestras vidas enteras a Dios en el altar, incluyendo el dinero que ganamos.

El dar generosamente fluye de corazones generosos por la gratitud hacia Dios. Toma un tiempo para considerar una causa o persona que Dios esté poniendo en tu corazón para ayudar financieramente o con tu tiempo.

¿Darás lo que Dios quiere que des el día de hoy?