El nuevo pacto

“Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama”.

—Lucas 22:20

Los israelitas probaron a Moisés tremendamente. Siempre estuvieron en problemas. Pero cuando subió a la montaña y Dios le reveló los Diez Mandamientos, la gloria cayó. Se regocijó al traer esas dos tablas de piedra de la montaña, y su rostro brilló con la gloria. Traía a Israel lo que, si se obedecía, traería vida.

Pienso en mi Señor viniendo del cielo. Creo que todo el cielo fue movido por la vista. La letra de la ley fue traída por Moisés, y se hizo gloriosa, pero toda su gloria se atenuó ante la gloria suprema que Jesús nos trajo en el Espíritu de vida. La gloria del Sinaí palideció ante la gloria de Pentecostés. El Señor ha traído un nuevo pacto, poniendo su ley en nuestras mentes y escribiéndola en nuestros corazones (ver Jeremías 31:33): esta nueva ley del Espíritu de vida. A medida que entra el Espíritu Santo, nos llena de amor y libertad, y gritamos de alegría. De ahora en adelante, hay un nuevo clamor en nuestros corazones: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Salmo 40:8). “Quita lo primero, para establecer esto último” (Hebreos 10:9). En otras palabras, Él quita “el ministerio de muerte grabado con letras en piedras” (2 Corintios 3:7), para que pueda establecer “el ministerio de justificación” (versículo 9), esta vida en el Espíritu.

Usted pregunta: “¿Un hombre que está lleno del Espíritu deja de guardar los mandamientos?”. Simplemente repito lo que el Espíritu de Dios nos ha dicho aquí, que este “ministerio de muerte grabado con letras en piedras” (y usted sabe que los Diez Mandamientos fueron escritos en piedras) “perece” (versículo 11). Sin embargo, el hombre que se convierte en una epístola viviente de Cristo (ver 2 Corintios 3:3), escrito por el Espíritu del Dios viviente, ha dejado de ser un adúltero o un asesino o un hombre codicioso. La voluntad de Dios es su deleite. Amo hacer la voluntad de Dios; no hay molestia en ello. No es una prueba orar, no hay problemas para leer la Palabra de Dios. No es difícil ir al lugar de culto. Con el salmista digo: “Yo me alegré con los que me decían: “A la casa de Jehová iremos” (Salmo 122:1).

¿Cómo funciona esta nueva vida? Funciona “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Hay una gran diferencia entre algo que bombea, y la acción de un resorte. La ley bombea; el bautismo en el Espíritu Santo es un resorte. La vieja bomba se descompone; las partes se desgastan y el pozo se seca. “La letra mata” (2 Corintios 3:6). Pero la primavera siempre está brotando, y hay un flujo incesante directo del trono de Dios. Hay vida.

Está escrito de Cristo: “Has amado la justicia y aborrecido la maldad” (Salmo 45:7). En esta nueva vida en el Espíritu, en esta vida del nuevo pacto, amas las cosas que son correctas, puras y santas, y te estremeces ante todas las cosas que están mal. Jesús pudo decir: “Viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí” (Juan 14:30). En el momento en que estamos llenos del Espíritu de Dios, somos llevados a una condición maravillosa como esta.

Pensamiento para hoy: A medida que continuamos llenos del Espíritu, el enemigo no puede tener una pulgada de territorio en nosotros.