[Serie Salmos] ¿Por qué necesitamos cantar?Muestra

Hacer lo correcto

Hay cuatro razones por las cuales es importante que cantemos al Señor. La primera razón es que al cantar crece nuestra visión de Dios. La segunda razón es que suaviza nuestro corazón y afirma nuestra resolución.

Tercera razón: Cantar es hacer lo correcto. Alabar a Dios es lo correcto, se puede tomar como algo absurdo en Estados Unidos en estos días, porque hacemos lo que queremos hacer. Sin embargo, alabar a Dios por medio de las canciones, es hacer lo correcto.

¡El libro de Apocalipsis dice que el Señor es digno! Si vas a ser un buen esposo, una buena esposa, un buen amigo, un buen empleado o empleador, tú vas a hacer lo correcto, lo sientas o no.

Si me muestras cualquier empleado que solamente trabaja cuando él quiere y no cuando es correcto hacerlo, yo te mostraré un empleado que lo lamentará. Si me muestras un padre que no hace las cosas solo porque es lo correcto, sino que solo hace lo que quiere, yo te mostraré una madre y un padre que lo lamentarán. El Señor es digno de tu alabanza, punto. Necesitamos ser adultos al respecto. Vamos a hacer lo correcto, aunque no sea fácil hacerlo.

Cuarta razón: Nos unifica como pueblo y como iglesia. Después de que tomaron la Última cena con Jesús, cantaron himnos y fueron al Monte de los Olivos donde Jesús fue arrestado. Ellos fueron unificados en sus cantos mientras salieron hacia un tiempo de problemas.

Piensa en un juego de béisbol. El séptimo tramo de entrada. Todos se paran y cantan, «Take Me Out to the Ball Game» (Llévame al juego de pelota). Cuando juega Astros, cantamos «Deep in the heart of Texas» (En lo profundo del corazón de Texas). Los fanáticos de los Medias Rojas cantan «Sweet Caroline» (Dulce Carolina).

Es decir, es un evento que unifica y tiene un propósito en cada juego. Cuando vas a un juego de fútbol americano a una universidad y ellos cantan su canción insignia, sorpresivamente te sientes parte del gran llamado: «Estamos todos aquí para apoyar a nuestro equipo».

Cantar juntos con tu iglesia puede que no te haga pensar igual, pero te abrirá los ojos para ver que eres parte del gran reino de Dios.