Cuidando nuestro corazónMuestra

Examinando nuestro corazón

Hay un punto esencial respecto de nuestro corazón y es que de él mana la vida. Esto significa que, si no está bien, entonces lo que brota de él es muerte, condenación, odio o resentimiento. Debemos examinarlo cuidadosamente, como cuando un médico revisa nuestro cuerpo, debemos autoexaminarnos para verificar si existen síntomas extraños en nuestro actuar que nos revelan que hay un problema en nuestra espiritualidad.

La Escritura nos dice en 2 Corintios 13:5: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”. A nosotros no hay quien nos conozca sino Dios. Las personas que están a nuestro alrededor ven lo que proyectamos. Así como un enfermo puede verse sano, nosotros podemos vernos sanos espiritualmente por fuera, pero tener enfermedades terribles.

Cuando miramos nuestro interior, nos puede sorprender lo que vemos. Muchas veces, cuando somos asintomáticos, es porque verdaderamente no hemos puesto cuidado a las luces de alarma que nuestro cuerpo nos está dando. Lo mismo sucede con el alma y el espíritu: puede que estén enfermas y dando luces de alarma, pero las ignoramos. Por eso, la Escritura nos manda a que nos probemos a nosotros mismos, y esto no es fácil de hacer porque muchas personas viven en el auto engaño, entonces ¿cómo hacerlo? Te invito para que mañana veamos la respuesta; por ahora oremos:

Amado Padre, en el nombre de Jesucristo, nos presentamos delante de ti para adorarte. En el nombre de Jesucristo te pedimos que nos ayudes a examinar nuestro corazón y ver si hay vida manando de él o si hay alguna otra cosa que esté mal y que fluya de nuestro interior. Guíanos Tú para poder ser conscientes de la importancia de autoexaminar nuestras actitudes para ver si estamos verdaderamente sanos o si necesitamos ser curados, amén.