Cuidando nuestro corazónEjemplo

El mejor termómetro del corazón

Hace mucho tiempo, un pastor muy sabio me dio un consejo: "Si usted es capaz de bendecir de todo corazón a una persona que le ha hecho mal es porque ya lo ha logrado perdonar". Esto no es nada fácil y más para los que tenemos temor de Dios en nuestro corazón: bendecir y maldecir esta en nuestro poder y debemos cuidarnos de cómo usamos ese poder conferido.

La Palabra nos relata, en Lucas 9: 51-56, la historia de cuando Cristo iba a Jerusalén a ser sacrificado por nosotros, que intentaron entrar en una aldea de samaritanos y ellos no los dejaron entrar; leamos el versículo 54: “Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma?” Jesús, ante esa pregunta, los reprendió y les dijo que Él no había venido para perder las almas sino para ganarlas.

¡Qué duro! Porque, en estos tiempos, las enfermedades espirituales del corazón han venido a crear divisiones y a tratar de destruir la obra que Cristo hizo en la Cruz. Él busca que vivamos en armonía y esto no es fácil de lograr, menos cuando nos enfocamos en lo malo. Existe un gran termómetro para saber cómo está nuestro corazón: si somos capaces de orar por los que nos lastiman, igual que Cristo lo hizo en la Cruz cuando dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Oremos:

Amado Padre, en este día, nos presentamos delante de ti para darte gracias por ese maravilloso amor demostrado en la Cruz del Calvario, gracias porque nos hiciste libres del peso del pecado. En el nombre de Jesucristo, queremos cerrar este devocional pidiéndote perdón si te hemos fallado y albergamos odio en el corazón; ayúdanos a amarnos los unos a los otros en el amor de Cristo, a soportar nuestras diferencias y a que trabajemos juntos buscando almas para ti, amén.