El despertar de liderazgoMuestra

Terminar bien la carrera

No importa cómo comiences una carrera, al final del día, lo que realmente cuenta es si la terminas. Pero es aún más importante terminar bien. El tanzano John Stephen Akhwari participó en los Juegos Olímpicos de 1968 de la Ciudad de México como corredor de maratón. Como no estaba acostumbrado a la gran altitud, aproximadamente a la mitad del camino chocó con otro corredor, lo que provocó que Akhwari se lastimara tanto la rodilla como el hombro.

¿Crees que John se detuvo? ¿Podrías seguir corriendo una maratón con una rodilla y un hombro lesionados? ¿Cojeando, caminando y trotando hasta la línea de meta? De los setenta y cinco que comenzaron la carrera, solo cincuenta y siete terminaron. Akhwari era el número cincuenta y siete. Cruzó la línea de meta.

Cuando se le preguntó por qué había continuado la carrera lesionado y con tanto dolor, respondió: "Mi nación no me envió miles de kilómetros para comenzar una carrera, sino para terminarla".

Desafortunadamente, este no es siempre el caso con las mujeres y los hombres de Dios. Se ha estimado que el 70 por ciento de todos los líderes, bíblica e históricamente, no terminan bien la carrera. En estos días, confiamos en que un diploma o título en liderazgo – educación sobre el tema – producirá un líder. No podríamos estar más lejos de la verdad. ¡Un trozo de papel no vale nada sin la sustancia del carácter que lo acompañe!

Necesitamos desesperadamente un despertar de liderazgo. Tenemos que tomar conciencia de las fuerzas que luchan contra los líderes cristianos, como así también de los poderosos recursos que Dios nos han dado para vivir en victoria. Mi objetivo durante todo este devocional es provocarte a pensar sobre lo que se necesita para convertirse en un líder que perdure, que corra hasta la línea de meta y que termine bien.

Preparémonos para correr una carrera con la confianza de saber que, si construimos nuestras vidas sobre las bases adecuadas, no tendremos que temer cómo terminará nuestra historia. De manera tal que podamos declarar con confianza: “Estoy completamente seguro de que tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva, y de que para siempre viviré donde tú vives” (Salmo 23:6) TLA. 

Realmente espero que a través de este devocional tu vida sea marcada por la bondad y la misericordia de Dios, hasta ese glorioso día en el que no solo llegarás a la meta, sino que también dejarás un legado duradero para una nueva generación de campeones que verdaderamente darán honra al nombre de Jesús.

Provocador de pensamientos:

¿Estás viviendo tu vida cristiana en la tierra de tal manera que tus palabras y acciones están dejando un legado duradero para los que te siguen? Piensa en cómo te gustaría que tu cónyuge, hijos, compañeros de clase, colegas y personas en general te recuerden.