Venciendo los deseos sexualesMuestra

 CAPÍTULO IV

¡NO DESCUIDES TU ARMADURA!

Cuando permitimos entrar los pecados sexuales en nuestras vidas, siempre viviremos consecuencias. Dios nos perdonará, pero no nos librará de las consecuencias. Siempre debemos tener en cuenta que somos templo y morada de Dios, por lo tanto, a Él le desagrada que pequemos con nuestro cuerpo y, aun más, cuando se trata del área sexual.

La segunda persona de la que quiero hablarte se trata de David. Todos conocemos su historia. David era un hombre conforme al corazón de Dios, esforzado y valiente; pero, aun así, cometió muchos errores, como tú y yo los podemos cometer. Asesinó, fornicó y adulteró. En 2 Samuel 11, habla de cuando el rey David estaba solo en su casa, mientras su ejército fue a pelear una batalla, y vio a una mujer que se estaba dando un baño (estaba desnuda). Ella era hermosa y la mandó a buscar para, así, acostarse con ella. Aquí podemos ver que el rey David fue débil ante esta mujer llamada Betsabé. Así como una Dalila, puede aparecer, también, una Betsabé. Siempre debemos estar atentos. Aunque David se encontraba en su palacio, descuidó su armadura.

La armadura representa la oración, comunión, intimidad, ayuno, lectura de la palabra, adoración y alabanza a Dios. Si no tenemos puesta esta armadura, seremos débiles ante una Dalila o una Betsabé.