Venciendo los deseos sexualesMuestra

 CAPÍTULO I

¡ATENCIÓN!

Hoy en día, el mundo nos ofrece muchas cosas, las cuales nos hacen daño. Una de ellas es la sexualidad desordenada. Vemos que los jóvenes tienen ataduras debido a la fornicación, la pornografía, la masturbación y los mensajes indebidos, ya que estos  forman parte de su vida.

¿Qué sucede cuando hacemos de esto un hábito? Empezaremos a tener problemas: siempre miraremos a las mujeres con deseo, dañaremos nuestra mente e, incluso, nuestro cuerpo. 

¿Qué piensa Dios sobre las luchas sexuales? Principalmente, Él dice que nuestro cuerpo es templo y morada del Espíritu Santo, y que cuando nos unimos a Él nos convertimos en un solo espíritu con Él (1 Corintios 6:17).

En “1 Corintios 6:12-20”, Pablo nos explica que debemos huir de los pecados sexuales, ya que, si seguimos atados a estos, seremos esclavos de los mismos. Jesús pagó un precio por ti y por mí, nos hizo libres, por lo tanto, no podemos ser esclavos del pecado sexual, debemos ser fuertes y resistir.