El Dador De La GraciaMuestra

Día Tres: Poder Y Pasión 

Al igual que nosotros, Pedro probablemente anticipaba ver la caída de sus enemigos y la victoria de aquellos que servían al Señor. No es de extrañar que las enseñanzas de Jesús sobre amar al enemigo, poner la otra mejilla y perdonar 70 veces siete fuesen desconcertantes para los discípulos. ¡Qué Reino tan diferente a lo esperado!

Con el tiempo, Pedro vio a Jesús perdonar los pecados, sanar a los enfermos, resucitar a los muertos, ¡e incluso darles a sus discípulos el poder de hacer lo mismo! Luego de los 12, Jesús envió a 72 discípulos con autoridad para realizar milagros, y regresaron diciendo: ¡Vaya! ¡Esto realmente funciona! Los rumores sobre Jesús y sus seguidores se extendieron rápidamente. Incluso, el rey Herodes se enteró y quiso ver a estos hombres tan ordinarios que estaban sacudiendo su mundo.

• Cuanto más presenció, más creyó Pedro y se volvió audaz en su fe. Confesó que Jesús era el Hijo de Dios; aun así, no entendió bien la verdadera naturaleza del Reino de Dios. Como a menudo lo solemos hacer, él veía el poder del Reino como un medio para hacernos más grandes, en lugar de ser una vida de entrega a Dios y servicio hacia los demás.
• Cuando Jesús trató de lavarle los pies, Pedro no se lo quería permitir, como si fuera algo que a Jesús no le correspondiera.
• Cuando vio la transfiguración de Jesús en la montaña con Moisés y Elías, él pidió construirles tres refugios, olvidando que estaban en un ámbito espiritual, un lugar secreto.
• Quería caminar hacia Jesús sobre el agua, pero tan pronto como salió de la barca y vio las olas, se sintió abrumado por el miedo.
• Cuando Jesús les dijo a los discípulos que debía sufrir y morir, Pedro respondió que esto nunca debería sucederle a Jesús porque no tenía en su mente ese tipo de futuro para el Mesías.
• Durante el arresto de Jesús en el Huerto de Getsemaní, en un momento de ira, Pedro le cortó la oreja a uno de los guardias.
• Le dijo a Jesús que nunca lo negaría, incluso si eso significaba su propia muerte. Pero bajo el escrutinio de una joven sirvienta, negó a Jesús en Su hora más oscura.

Tal como un diamante refinado por el fuego, la osadía y la pasión de Pedro serían refinadas para los propósitos buenos de Dios.

Reflexión: ¿Qué experiencias en tu propia vida han hecho que tu fe en Dios se vuelva más audaz y sincera?

Oración: “Señor, cuando me sienta tímido, ayúdame a ser valiente. Cuando me sienta apático, ayúdame a tener más pasión. Aumenta mi fe al compartir el amor de Tu Hijo Jesús. Amén.”