Vestidos Con La Armadura De Dios en Nuestro TiempoMuestra
Un casco protector
"Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios." Efesios 6:17
Yelmo.- Protector de la cabeza usado principalmente para defender al soldado de las flechas u otros proyectiles dirigidos a ella; *también servía para diferenciar a los amigos de los enemigos en medio de la batalla.*
Recuerdo mis inicios en la fe, que le dije a mi pastor de entonces, que no importaba cuanto leyera y estudiara la Biblia, no sentía todo esto bajara a mi corazón. Yo era muy recurrente con caídas muy obvias y esto me mantenía en un constante desánimo.
Me descuidé tanto con entender la salvación, que una de las crisis la hice un par de días antes de mi bautizo; me escondí de los líderes. La otra bajada fuerte fue después de tener a mi primera hija como madre soltera: me alejé de la congregación por algunos años.
Sabía que Dios tenía un plan de redención; pero no lograba verme en medio de ese plan. Y escuchaba a algunos creyentes decir que la salvación se podía perder o "cristianos descarriados". Así que cada tropiezo, era una razón para responder al llamado en la iglesia, de "pase adelante" si quieres ser salvo.
Creo que acepté a Cristo como salvador docenas de veces en mis primeros años en la fe.
Así como la base del cristiano es la fe, el elemento clave para su destrucción es la duda, y ésta puede llegar de forma espontánea o como resultado de los comentarios del entorno.
Por eso el Yelmo Romano, cubría toda la cabeza, algunos contaban con protección extra para las orejas de modo tal que comprometía la audición del soldado.
El cristiano debe ser consciente de su salvación, que es algo que no se gana por obras, siendo la única forma de obtenerlo creer en Cristo, y es otorgada por Dios como un regalo.
Cuando no somos conscientes de esto, satanás fácilmente puede hacernos decaer en el momento que pecamos (que será a cada momento), viviremos a la constante sombra de "perder" la salvación, que no iremos al cielo, que no podremos estar nunca al lado del Señor.
Recuerda que una de las características del yelmo era diferenciar a los contrincantes en la batalla. Si te pones el yelmo de la salvación, esto debe marcar la diferencia entre tú, un creyente pecador y un pecador que no ha creído.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando nos hablan de armaduras pensamos que cualquier comparación de nuestra vida espiritual con temas antiguos estaría desfasada. Pensar así, nos hace bajar la guardia y olvidamos que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre y que nosotros somos tan pecadores como cuando Adán y Eva desobedecieron en Genesis 3. Vamos a conocer una armadura romana y como se relaciona a nuestro caminar en la fe tantos siglos después.
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